Juan 15:12 NTV 'Este es mi mandamiento: ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado'.

Este mandamiento es la verdadera manifestación de amor del señor Jesucristo, una de las mejores sensaciones que cualquiera podría experimentar. Cuando te sientes útil e impactas positivamente en la vida de otras personas, reconoces que eres un instrumento a través del cual pueden ver el amor de Dios, una esperanza donde todos podrán ver los detalles y el cuidado del Señor a través de ti.

Cuando un ser humano experimenta lo anterior antes dicho, se siente completo, cuando se comparte con una persona le trae esperanza y palabras de ánimo, servir en el nombre de Dios, produce en cada uno satisfacción, porque da vida, plenitud, sensación de gozo y alegría, si observamos a nuestro alrededor hay personas que hacen lo opuesto, que no están sirviendo, no están haciendo algo por los demás y están ensimismados.

Existen muchos seres humanos que dirigen toda su atención a sus pensamientos, alejándose de lo que lo rodea y que verdaderamente importa, solo piensan en ellos mismos, pensando en su beneficio propio, este tipo de personas logra muchos de sus planes, pero siempre se sentirán vacíos, sin un sentido en sus vidas, porque no están sirviendo al prójimo. El servicio a los demás queridos es la mejor muestra de amor y es uno de los mandamientos que Jesucristo dejó para nosotros.

¿Cómo nos amó Jesús?, ¿nos lo dijo de palabras?, ¿nos lo dijo simplemente en teoría en un libro? La respuesta es No, el vino a servirnos, servir a los demás es una manifestación de amor por los demás, el ver cuando una familia de pronto se está despedazando y que tú puedes ser un instrumento para esa familia, que tú puedes dedicarle un tiempo, escuchar cómo ellos se desahogan en medio del problema que están atravesando, poder aconsejar y servirles.

Cuando se sirve a los demás te llenas de plenitud, satisfacción por la vida, cumpliendo tu propósito y lo mejor de este sentimiento es que es multiplicador, porque al sentirse útil en las manos de Dios quieres más de esto, así que buscas a la siguiente familia a quien servir.

Cuando servimos a los demás estamos mostrando amor, pregúntate, ¿qué has hecho la última semana en favor de otras personas?, ¿has pensado solamente en ti?, ¿has vivido ensimismado?, ¿has planeado solo para ti? 

Te desafío a servir a los demás a través del amor que Dios ha depositado en tu corazón por los demás. Porque de lo contrario es probable que te sientas vacío, insatisfecho con la vida como un desierto, por más dinero que tengas y te vaya bien en tus cosas personales, te vas a sentir inútil en las manos de Dios, ayuda al prójimo que está en un obstáculo de su vida a pasar al siguiente nivel, servir a los demás.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, quiero agradecerte Señor por la sabiduría que has dejado en la palabra y enseñarme que deberíamos amar a los demás de la misma manera en que tú nos amaste, sirviéndole a las demás personas y que esté efecto sea multiplicador para que todos continuamente estemos buscando a quién servir ya sea en la familia o personas cercanas.

Padre Celestial, que cada persona, que sirve en tus manos como un instrumento de bendición, sea multiplicadora y sienta esa sensación de bienestar, alegría, felicidad, realización, plenitud de pertenencia a tu reino.

Señor, que todos estos sentimientos lo experimentemos junto con nuestras familias y aquellas que están ensimismadas, oramos para que piensen más en los demás y puedan hacer un plan para ser útiles a los que le rodean.

Te doy gracias, señor en el nombre de Jesucristo de Nazaret.

amén y amén.

¡Bendiciones!