Deuteronomio 33:3 NTV Tú eres quien ama a su pueblo; todos los santos están en tu mano. Por eso siguen tus pasos y de ti reciben instrucción.

En este solo versículo, hay cuatro elementos en los cuales tendríamos que enfocarnos, los dos primeros son, el amor de Dios sobre nosotros y el segundo es su protección. El amor es para todos en general, porque es tan infinito que todos pueden recibirlo. 

Tal vez muchos, no recibimos palabras de amor de parte de nuestros padres, amigos o conocidos, sin embargo, nuestro Padre Celestial si nos da ese amor que nos hacía falta o que nunca recibimos.

Pero ¿Para quién es su protección? Es para las personas que se consagran a Él, los que deciden dar un paso a un lado, de todo aquello que no es agradable a los ojos de Dios la mentira, el regaño, los vicios, adulterios, etc. Esas personas que no somos perfectas humanamente, pero damos un paso al lado y sacamos nuestros pies de esas actividades que a Dios no le agradan.

Por su parte, el tercer elemento es la rendición. Cuando nosotros nos rendimos ante los pies del Señor, es porque le reconocemos como nuestro Dios, como nuestro Padre, el que gobierna nuestra vida y nos ayuda a tomar decisiones y direcciones en nuestra vida.

Y, por último, el cuarto elemento es la guianza de Dios, nosotros nos levantamos con amor por la mañana, porque somos amados por Dios, somos capaces de salir y tocar puertas, porque sabemos que tenemos su protección.

Bajo el amor y la protección del Todopoderoso salimos con entusiasmo, con alegría, nos atrevemos a tocar puertas e intentar, sin importar cuántas veces lo tengamos que hacer. Bajo su amor y su protección nosotros caminamos y resolvemos nuestro día a día.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, te damos las gracias por un día más de vida y por tenernos bajo ese cuidado tan especial.

Bajo tu amor y tu protección, nos sentimos valiosos, favorecidos y benditos. Tener tu amor significa mucho para nosotros, porque en algunas ocasiones hemos recibido desprecio, pero el saber que Tú nos ama es maravilloso.

Ahora nos atrevemos a salir y tocar las puertas que sean, porque solo Tú eres quién nos acompaña y nos guía diariamente.

En el nombre de Jesucristo.

Amén y amén.