Isaías 53:6 NVI Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino.

Muchas veces nosotros nos preguntamos y nos decimos, por qué si Dios, es un Dios de amor por qué razón Él castiga, por qué manda personas al infierno.

Muchas veces las personas, de todas las edades, me preguntan, ‘Pastor, si el Señor es un Dios de amor, ¿por qué envía personas al infierno?’ La verdad es esta: -Dios no manda, no envía personas al infierno, no es Él el que tiene el deseo de castigar, no tiene el deseo de separar a miles de personas, para ser condenadas eternamente. La verdad es que Él respeta nuestras decisiones. 

La Biblia dice claramente, Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino. Muchas veces nosotros vivimos perdidos, no pensamos en nada más que no sea nosotros mismos, no pensamos en Dios, en sus enseñanzas o en el camino que Él planteó para nosotros.

Somos egoístas, porque solamente pensamos en nuestros deseos, en lo que nos delita, gusta, lo que queremos hacer o nos produce placer. Las personas siguen su propio camino, pero el de ellos, no el propio camino de Dios.

Dios, simplemente, no envía personas al infierno, Él solo respeta nuestras decisiones como humanos.

Sabiendo esto, te pregunto ¿cuál es la decisión que estás tomando el día de hoy? ¿Estás tomando la decisión de seguir la voluntad de Él o seguir la voluntad tuya? A lo largo de la Biblia está escrito esto, Adán y Eva tenían que cumplir con la voluntad de Dios, el único mandamiento que tenían que cumplir era uno solo, la única regla era no comer la manzana del árbol prohibido y todos sabemos qué pasó, siguieron su propio camino, su voluntad y su deseo.

Hoy en día, muchas personas están de la misma manera, buscando su propia voluntad, por ejemplo, cuando se trata de ir a la iglesia, anteponen el hecho de preguntarse, ¿estoy indispuesto, cansado, agotado, enfermo o sin ganas? Entonces, cuando las personas deciden bajo esas condiciones, están siguiendo su propio camino y su propia voluntad, no la voluntad de Dios.

La voluntad de Dios es que asistamos a la iglesia, aprendamos de su palabra, que nosotros estemos en comunicación continua con Él, que nosotros sirvamos en la iglesia y a otras personas, su voluntad es que seamos luz y podamos brillar en la vida de los demás. ¿Cuál es el camino que estás tomando, la voluntad de Dios o la voluntad tuya?

Dios no envía personas al infierno, simplemente respeta nuestras propias decisiones, no estamos en tiempos de seguir nuestros propios caminos, es hora de creer en Dios, que Él existe y dejó un camino para que nosotros lo cruzamos, no es necesario caer en la arrogancia y en el orgullo. Hoy caminamos en la luz, conforme a su voluntad.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, te damos las gracias por un día más de vida, por acercarte a nosotros por medio de tu palabra y porque nunca has abandonado a nadie para que siga su camino.

Tú no has retenido a la fuerza a nadie que no quiere estar cerca de ti, como una pareja que no está obligada a estar al lado de otra persona, con la cual no quiere compartir.

Señor, gracias porque respetas nuestras decisiones, y hoy nosotros decidimos amarte, seguirte, permitir que brilles en nuestro interior, para poder servir a las demás personas.

En el nombre de Jesús.

Amén y amén.

¡Bendiciones!