En muchas ocasiones, cuando alguien hace algo indebido hacía nosotros, cuando nos ofenden, lastiman, maltratan o hablan injustamente, lo primero que hacemos es, tratar de vengarnos, pagar con la misma moneda, también haciendo daño.

Esto se ve mucho en las parejas, cuando una persona lastima al cónyuge, él o ella busca también lastimar con mayor medida. Estas acciones, se convierten en un ciclo, donde se empiezan a elevar las discusiones hiriéndose mutuamente. 

Tienes que aprender a esperar en Dios, Él se encargará, en muchas ocasiones dice la Biblia, ‘Mía es la venganza’, pero si nosotros lo hacemos pues nuestros mismos méritos, estamos tomando la posición de Dios y ese lugar le pertenece solo a Él, hace pagar a los seres humanos como merecemos ser pagados.

Cuando ocupamos el trono del Señor, Él deja de respaldarnos, nos deja solos y abandonados, esperando a ver cómo nos complicamos más, así que, espera en el Señor, porque Él se encargará de llevar a cabo lo que se merece, Él sabe qué es lo que le conviene al que te lastimó. Aprende a perdonar, dejando libres esas emociones y sentimientos. 

Tú no eres nadie para poder juzgar a los demás así actúen mal, a ti no te pertenece calificar, nadie te obliga a estar caminando con la persona que te lastima, simplemente déjalo ir, pero no le guardes dolor, resentimiento, sed de venganza, entre otras. Más bien bendícele y deséale lo mejor y lo que tú quisieras que te deseen a ti. 

ORACIÓN

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, te damos las gracias por permitirnos conocer un poco más de Tú palabra.

Señor, cuando entendemos que no nos pertenece tomar una acción en contra de alguien que nos lastimó, porque ahí estaríamos ocupando Tú lugar y ese tiene un solo dueño, Señor. Te pido por las personas que aún no han podido entender que debemos soltar sin rencor, sin sed de venganza, porque no somos nosotros quienes debemos hacerle pagar a las personas sus malas acciones.

Padre Celestial, esperamos pacientemente a que seas Tú el que tome las acciones y que hagas pagar a los que más lo merecen, de lo contrario entendemos que por tu misericordia no todos deben ser castigados.

En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén