Juan 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

El verdadero descanso es el que vamos a experimentar en el futuro. Después de una jornada ardua de trabajo, nosotros llegamos a casa y tenemos el tiempo de descansar, aunque unos duermen más que otros, siempre tendremos el momento para guardar reposo, con el fin de levantarnos recargados para la nueva jornada.

Cuando nos tomamos unas vacaciones, siempre nos sentimos bien, más fortalecidos, enfocados y renovados, sin embargo, el descanso que tenemos en la tierra es pasajero, es una prueba pequeña de lo que será el descanso eterno.

Ahora mismo, Jesucristo está preparando moradas allá arriba y cuando partamos de este hermoso y maravilloso planeta, vamos a llegar a un lugar diez veces más hermoso y ahí sí vamos a descansar, el verdadero reposo se encuentra en el cielo.

Si te habías sentido descansado aquí en la tierra, si te habías sentido renovado y lleno de energía, después de un periodo de inactividad, lo que experimentemos en el cielo, será mayor. Dios siempre nos deja una razón y un motivo para que nosotros podamos caminar el sendero que Él nos dijo, el cual concluye en un descanso eterno en su presencia disfrutando con nuestra familia.

Dios ya nos hizo la promesa maravillosa, la cual a veces tenemos que recordar en nuestro corazón, por eso debemos vivir enfocados que lo que realmente nos espera es el verdadero descanso, porque nuestras jornadas acá en la tierra nos agotan, y no es solamente el trabajo, también nos cansan las aflicciones, las murmuraciones y las oposiciones, porque estamos viviendo en un mundo caído, el enemigo, o sea, el diablo, siempre va a sacar todo su arsenal en contra de los hijos de la verdad, Dios, eso es lo que realmente nos agota.

El verdadero descanso es el eterno, el que Dios está preparando para nosotros, es hora de imaginarlo, visualizarlo y anhelarlo, porque si caminamos de forma correcta en esta tierra, llegaremos a ese destino que Dios planeó para nosotros.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, gracias por la esperanza que nos das en tu palabra.

Nos dijiste, Señor, que nos estás preparando un espacio allá arriba, especialmente para nosotros. Lo que hemos vivido en el camino hacía ese objetivo que trazaste, hemos encontrado desviaciones.

Dios, no permitas que seamos engañados por las tentaciones terrenales, no permitas que ninguno de tus hijos se desvíe, permítenos seguir tus huellas, porque queremos llegar allá donde Tú estás.

En el nombre de Jesucristo.

Amén y amén.

¡Bendiciones!