En esta ocasión, me refiero a la sed de justicia, el Señor Jesucristo dijo, ‘Bienaventurados los que tienen sed y hambre de justicia’, de eso es que estamos sedientos.

Justicia es la palabra clave, eso es lo que anhelamos, tener una conciencia limpia. Estamos sedientos de vivir de una forma diferente, por eso la Biblia nos dice, Salmo 10:51 NTV, ‘Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.’ Este hombre estaba sediento de cambio, de transformación, con ganas de empezar una vida diferente, sin hacer daño a los demás, sin soltar veneno y odio.

Cuando empezamos a buscar, dinero, bienes, posesiones, fama, entre otros, empezamos a torcernos, nuestro camino se desvía, y esto no es lo que quiere Dios, Él siempre tratará de mantener una firmeza en nuestro sendero, pero muchas veces empezamos a contradecirlo.

Hoy debemos entender que nuestra sed es de justicia, con un corazón limpio y espíritu recto, ‘Señor, estamos dispuestos a un cambio, a que nos moldees’, ¿cómo está tu interior, que tanto vacío, veneno, amargura hay? Date cuenta que todo eso no te produce nada, es como el agua salada.

Hoy le pedimos a nuestro Padre Celestial para que esa sed pueda ser saciada por Él. Muchos están cansados de beber de esos estanques de agua sucia o salada que mata.

ORACIÓN

Padre Amado, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, te doy las gracias por la oportunidad de conocer más de Tú palabra.

Quiero pedirte por aquellas personas que siguen bebiendo de ese estanque de agua sucia y salada. Todos debemos estar sedientos de justicia, sed de ser cambiados y transformados, con un corazón limpio y dispuesto para ti.

Gracias por ayudarnos a nuestro cambio personal, porque estamos cansados de esos estanques malignos y que nos hacen daño y nos roban la alegría y el gozo.

En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.