Isaías 53:4 RVR1960 Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores.

Jesús te entiende, Él sabe cómo te sientes, cuando el Señor murió, no solamente se llevó nuestras enfermedades, Él también sufrió nuestros dolores, son aquellos que provienen del alma y del corazón, las enfermedades son las físicas, los dolores son todo aquel sufrimiento que no se ve.

Dolores como, por ejemplo, ser rechazados por amistades o nuestros propios padres, esto lo entiende muy bien Jesús, porque Él también fue rechazado, cuando sus padres estaban buscando un lugar donde Él pudiera nacer, todos le dijeron que no, pero tiempo antes, el padre José rechazó a María por el niño que había en su vientre, tuvo que ser un ángel el que le explicara.

Jesucristo sufrió rechazo, por eso Él entiende todos nuestros dolores, sufrió el desprecio de las personas, cuando era adulta, la gente se dirigía a Él, de manera muy despectiva como, ‘el hijo del carpintero’, era como si le dijeran que era el hijo de la peor familia de la colonia.

No solamente sufrió rechazo y desprecio, también de traición de sus mismos discípulos, Judas lo traicionó, aún a pesar de haber caminado tan cerca de Él, fue el tesorero, muy cercano a Jesús y terminó traicionando, así que Él entiende qué es la traición. Cuando tú eres traicionado por alguien tan cercano, Dios te entiende perfectamente.

El Señor sufrió nuestros dolores, fue tentado en todo, pero en ninguna de esas cayó, así que tenemos un Dios que nos entiende en lo absoluto, que nos comprende y Él es el único que nunca nos va a traicionar, ni fallar; el que siempre estará a nuestra disposición y está a tan solo un llamado de oración.

Dios camina con nosotros, sin importar a dónde nos dirigimos, pero además está en nuestro interior también, que podemos vivir con seguridad y confianza en Él, porque no nos va a herir, lastimar o traicionar, el Señor no sería capaz de negarnos o fallarnos.

Jesús es aquel que te entiende y está de tu lado, sin importar las circunstancias, Isaías 53:4 RVR1960 Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores. Dios soportó todos esos dolores del alma y venció sobre ellos y sabe cómo te sientes cuando estás siendo lastimado.

Pero Él no está solo para entendernos, Dios está para sanarnos, aliviarnos y animarnos a continuar, porque en la vida siempre habrá personas que fallan, pero eso es una prueba para valorar Su Maravillosa presencia, porque Él es único que nunca nos va a fallar.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús, te damos las gracias por la oportunidad que nos das de conocer y aprender más de tu maravillosa y santa palabra.

Dios, sabemos que sufriste y viviste esos dolores del alma y nadie más que Tu los entiende, por esa razón sabes cómo nos sentimos cuando nos engañan, nos humillan, traicionan o desprecian. Conoces cada uno de nuestros dolores, los entiendes, pero lo más importante es que nos sanas. 

Dios, gracias por todo lo que haces y por seguir animándonos día tras día.

En el nombre de Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!