Lo que nos dice la Biblia es que había un asunto por resolver y algo que nos distanciaba de Dios, hay muchas personas que se sienten alejados de Él, no se sienten dignos de estar en la cercanía del Señor. 

Pero no se preocupen, Dios vino a la tierra y pagó la deuda, además prometió que, si los pecados eran tan fuertes y tan rojos como la escarlata, los convertiría en blanco como la lana. Él cuida de nosotros.

Repasemos lo que dice, Isaías 1:18 NTV, ‘Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto —dice el Señor—. Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan blancos como la lana.’ Cuando Dios vino pagó la deuda, Él no quería estar solo en el cielo, quería la compañía de nosotros.

El deseo de nuestro Dios es que nosotros vivamos allá con Él y no que bajemos al infierno. El Señor vino a la tierra, enfrentó la muerte, puso su cuerpo en sacrificio, murió y descendió al infierno, peleó la batalla contra satanás, le arrebató las llaves de la vida y de la muerte y resucitó, y a partir de allí todos teníamos acceso al cielo. 

¿Cómo resolvió este asunto? Él prefirió bajar al inframundo, por nosotros, que estar solo en el cielo. Solamente acepta el perdón de los pecados y la limpieza que ha hecho en nuestras vidas, reconoce que es el único camino.

Lo único que te logró salvar y limpiar del pecado fue la obra del Señor Jesucristo.

ORACIÓN

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, te damos las gracias porque nos permitiste levantarnos y poder respirar de este aire, recibiendo de tus misericordias.

Queremos agradecerte por la palabra que nos das, porque está nos instruye, nos guía, nos enseña y nos inspira. Hoy nos dimos cuenta que hoy a Ti te agrada le compartir, buscando compañía en el cielo.

Te damos las gracias por pagar la deuda que teníamos, hoy recibimos la limpieza de nuestros pecados.

En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.