Salmos 55:22 (RVR1960) Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.

Una de las maneras en que Jesús lidió con las presiones que enfrentaba, fue alejándose del ritmo frenético de su mundo a fin de estar a solas con su Padre.

Eso era algo que Él practicaba, se alejaba por momentos de ese mundo delirante, del todo ruido y ajetreo en el que se encontraba, pues por o menos por tres años lo vimos haciendo la obra sin parar, Él echaba sus cargas sobre el Señor, porque Él le sustentaba.

Muchas veces nosotros nos encontramos presionados bajo mucho trabajo, bajo las altas y grandes metas que nos proponemos lograr y alcanzar, o tal vez la presión de las personas que nos rodean y nos observan, pero queridos, esto no debería ser así, esto no es vida, así no se disfruta.

Muchas personas se van desenvolviendo llenos de cargas y esa no es la voluntad de Dios. Jesús se apartaba de la multitud después de predicarles, Él se retiraba para orar a solas.

En lo personal, cuando terminó los servicios del domingo y después de compartir el espacio con la gente, voy a casa y descanso en Él, poniendo mis cargas sobre Él, porque Él me sustenta y me da fuerzas para continuar.

Si últimamente te has sentido cansado o sin fuerza, es muy probable que te haga falta aplicar lo que dice este versículo, es necesario que te apartes de este mundo frenético en el que estás, para poder estar a solas con el Padre.

¿Hace cuanto no sacas un tiempo para estar a solas con el Padre Celestial? Es importante practicar esto en la vida, es la clave para continuar y mantenernos al ritmo en el que nuestra sociedad marcha y avanza.

La solución ante la presión está en Salmos 55:22 (RVR1960) Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. Aléjate de lo que estás haciendo, para tomar tiempo a solas para ti y para tu Padre Celestial, no tengas temor de aislarte, es más importante pasar tiempo en la presencia de Dios.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, te damos la gracias por hablarnos a través de tu palabra.

Gracias Señor por hacernos entender que la solución para el frenesí en el que vivimos hoy es apartarnos y estar secreto, escuchando tú palabra. Practicando lo mismo que hizo el Señor Jesucristo.

Amén y amén.

¡Bendiciones!