Filipenses 4:11-12 (NTV) No es que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco.

Si tú me preguntarás a mí, personalmente, a Miguel Montoya, cuál es mi palabra favorita, te respondería contundentemente que mi palabra favorita es CONTENTO.

Esa palabra está en mi cabeza, porque es algo que siempre he expresado, no solamente de forma pública, sino aún en lo privado, es algo que he vivido, que he sentido y que he experimentado, contentamiento y es algo que el apóstol Pablo expresaba y sentía.

¿Qué es lo que le generaba contentamiento al apóstol Pablo? Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. 

Queridos, cuando logras descubrir ese secreto y lo aplicas en tu vida, no hay nada que pueda robar tu paz, no lo puede hacer una crisis económica, no lo puede hacer la incertidumbre de tus amistades, no lo hace una enfermedad repentina; nada de esto puede quitarte la paz, nada tiene el poder de quitarte el contentamiento, porque el secreto está en que, la fuente de esa felicidad, no está en nuestra cuenta bancaria, nuestros bienes, en las relaciones, porque las personas hoy están y mañana no sabemos.

Si tú basas tu contentamiento o estabilidad, en la gente que te rodea, debes tener en cuenta que todos vienen y van, porque si dejamos nuestra felicidad en ellos, qué vamos a hacer cuando no estén mañana, es más, nuestros hijos van a crecer y se van para hacer su vida.

Queridos amigos, nuestra fuente de contentamiento, no son posesiones, no son amistades, se llama Jesucristo de Nazaret, Él nunca nos va a fallar, siempre nos permitirá tener paz interior en nuestro corazón.

ORACIÓN 

Padre, en el nombre de Jesús de Nazaret, Señor, gracias por enseñarnos que no podemos basar nuestra alegría en las cosas materiales o las personas que nos rodean.

Señor, Tú eres el único que no nos fallará, por eso hacemos de Ti, nuestra fuente de contentamiento y de alegría.

En el nombre de Jesús.

Amén y amén.

¡Bendiciones!