1 Corintios 15:29 (RVR60) Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

¿Cómo es tu yo celestial? Dice la Biblia que, así como hemos traído por varios años la imagen del yo terrenal, traeremos también la imagen del yo celestial.

Vamos a hacer una comparación, tu yo terrenal, es esa versión donde se ha visto manifestado lo peor de ti, en el sentido de furia, enojo, celos, coraje, reacciones por envidia y cuando atacamos a los demás o a uno mismo. Este es nuestro yo terrenal.

Pero la Biblia dice también que, así como hemos traído la imagen del terrenal, ahora también tendrás la imagen del celestial, ¿Cómo sería tu yo celestial? La mejor versión de ti mismo, una versión de amor en lugar de odio, de paciencia en lugar de explosividad, de bondad en lugar de maldad. Tu yo celestial es una versión mucho mejor de ti mismo.

Mira, hoy en día existen infinidad de libros de superación personal, de los pasos para ser un mejor hombre, una mejor mujer y te dan muchos consejos, sin desmeritarlos, pero queridos, todo cambio que tratemos de hacer, desde el exterior, sin que este cambio provenga del interior, va a ser un cambio que será temporal y pasajero.

Todo cambio que intentes hacer enfocado en tu exterior va a ser temporal y de poca duración. El verdadero cambio, queridos, la mejor versión de mí mismo depende de la presencia de Dios en nuestro interior, depende de la búsqueda que tengamos de la presencia del Señor, depende de la comunión que tengamos con el Espíritu Santo, pero sobre todo depende de la obra que haga el Señor sobre nuestras vidas.

1 Corintios 15:29 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. Hace muchos años has cargado la imagen de tu yo terrenal, aunque tenga cualidades, también tiene muchos defectos.

Debes apropiarte de la palabra, estamos siendo influenciados por el Espíritu Santo, para sacar la mejor versión y esa es la que se conoce como tu imagen celestial, una persona amorosa, paciente, bondadosa, con fe y dominio propio, pero que sobre todo se alimenta de la presencia y el espíritu de Dios.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre Jesús de Nazaret, te damos las gracias por un día más de vida y por hablarnos.

Hoy entendemos y sabemos que esperas que andemos con la imagen de nuestro yo celestial, alimentándonos de tu palabra y dejando saber que Tú vives a través de nosotros.

En el nombre de Jesús.

Amén y amén.

¡Bendiciones!