1 Juan 5:4 (NVI) Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.

¿Cuándo te entregaste a Dios, lo hiciste de manera total o parcial?, ¿hubo una entrega absoluta a Dios o retuviste algunas cosas para tu control y cuidado? 

A veces las personas solo entregan una parte de su vida, por ejemplo, en algunas ocasiones, los seres humanos le piden a Dios que obre en su matrimonio, pero no son capaces de entregar otras áreas de su vida que van en contra del Señor, como las adicciones, la pornografía, el alcohol, etcétera.

Dios no espera eso de nosotros, Él quiere una entrega total, que nos entreguemos por completo, que sea una obediencia total, porqué lo que vence al mundo es la fe, nuestra fe.

Cuando el Señor nos pide que entreguemos algo, debemos hacerlo con obediencia total, por ejemplo, si Dios te dice que tu trabaja no le agrada y tú en el interior sabes que ese trabajo en el que estás no le agrada a el Señor, sin embargo, estas dispuesto a lidiar con eso y a pelear contra tu conciencia, asistes a la iglesia, lees la Biblia, pero sigues en el trabajo que a Dios no le agradas, te estás acostumbrando a llevar esa vida, con una entrega parcial, donde obedeces lo que te conviene y lo que no, lo sigues reteniendo, tratando de convencer a Dios de que todo está bien.

Queridos, Dios no está para negociar con nosotros, Él está para que nosotros nos rindamos en una obediencia total y absoluta, eso es lo único que quiere y espera de nuestra parte. Si estás dispuesto a soltar todo, ten por seguro que esta promesa se cumplirá en sus vidas, “todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe”.

No hay nada en el mundo que pueda vencerte si tú obediencia es absoluta a Dios, la fe es mayor que cualquier dificultad que presentemos en el mundo. Si en este momento hay algo que el Señor te está pidiendo que dejes a un lado, no luches contra él y no negocies más con tu propia conciencia, porque esa es una de las razones por las cuales muchas personas no han visto la victoria en sus vidas. Nuestra fe es la victoria.

Debes ser muy consciente y recapacitar, ¿qué es eso que Dios te está pidiendo que dejes? Hay personas que cometen pecados invisibles, aquellos que los demás no los pueden ver, pueden ser la envidia, los chismes, el engaño, la avaricia, entre otros. Piénsalo y medítalo, para entregar todo eso a Dios y rendirnos a Él, porque nuestra fe es la clave para vencer al mundo.

ORACIÓN

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Padre Celestial, en el nombre de Jesús, gracias por hablarnos y seguir guiando nuestras vidas a través de tu maravillosa palabra.

Dios mío, tú esperas una obediencia total y no una parcial, en la que estemos dispuestos a rendirlo todo a tus pies, Señor, así que hoy dejamos todo eso que no te gusta a un lado, para obtener la victoria que nos prometes por medio de nuestra fe.

En el nombre de Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!