Jeremías 32:17 NTV ¡Oh, Señor Soberano! Hiciste los cielos y la tierra con tu mano fuerte y tu brazo poderoso. ¡Nada es demasiado difícil para ti!

‘¡Nada es demasiado difícil para ti!’, cuando nosotros comprendemos el poder total que tiene nuestro Dios, el poder completo que recibe en su presencia; entonces nosotros vamos a tener más confianza de que el control de nuestras vidas está en Sus manos.

Muchas veces, hemos pasado por situaciones en las que nos preguntamos: ¿Dónde está Dios?, ¿por qué me está pasando esto?, ¿por qué se complicó todo?

Queridos, Dios es tan poderoso, que Él es capaz de hacer que, las circunstancias que están en tu contra obren a tu favor, el Señor es capaz de cambiar todas esas cosas que te están derribando, por las que te van a edificar, construya y te levante.

Pero, tenemos que aprender, también, para Él no hay nada imposible, nada le queda difícil, Dios solo necesita ver un cambio en el corazón de las personas para empezar a moverse; cuando nosotros, como hijos, cambiamos o tenemos la disposición de hacer un cambio en nuestro corazón, Dios está dispuesto a obrar a nuestro favor, sea lo que sea.

Dios puede cambiar los designios en un momento, solamente está esperando el cambio en el corazón de cada uno de nosotros. Sea lo que sea que tú estés atravesando, lo que te está sucediendo, sea en el área de la salud, finanzas, familia o matrimonio, no importa lo que esté aconteciendo, el Señor tiene el poder de cambiar todo lo que te está ocurriendo. Pero lo que Dios quiere ver es un cambio en el corazón.

ORACIÓN

Mi Dios, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, hoy te damos las gracias por un día más de vida y por permitirnos aprender más de tu maravillosa palabra.

Señor, hoy nos recordaste que para ti no hay nada que sea difícil, tú lograste crear los cielos y la tierra y puedes hacer un cambio en nuestras vidas, sea lo que sea.

Entregamos a esas personas que claman con fe a tu poder, porque eres el único que puede transformar las vidas de las personas.

En el nombre de Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!