Regularmente cuando nos estamos desarrollando como personas, creciendo desde la adolescencia, empezamos a formar una identidad, me refiero a la identificación como persona, ¿quién soy?, ¿por qué estoy aquí?, ¿cuál es mi objetivo?

Sin embargo, de los 20 a 30 años empezamos a formar nuestro carácter, desde nuestra infancia nuestros padres van inculcando valores y principios, que más adelante nos ayudarán a formalizar nuestro carácter.

Muchas veces las personas confunden y piensan que, porque hablo o grito fuerte, o mantenerse serio y sereno en todos los momentos creen que eso es el carácter, pero no, este se forma desde el interior y tiene que ver con el temor a Dios.

Te voy a ilustrar con una leyenda de la India. Cuenta la historia que había un ratón que, cuando miró a un gato, empezó a tenerle temor, escondiéndose sin poder hacer nada, no salía a comer, no se movía, porque tenía miedo. En una oportunidad visitó a un mago y le suplicó que lo convirtiera en gato y este le cumplió. Ya siendo un gato empezó a salir, hacer su vida y era feliz, hasta que vio a un perro y empezó a tener miedo, así que volvió con el hechicero y le pidió que le convirtiera en un cachorro y él cumplió su deseo.

Este ratón que fue convertido en gato y después en perro, comenzó hacer su vida de nuevo, hasta que se cruzó con un tigre y empezaron nuevamente sus temores e inseguridades, hasta que lo convierten en tigre y se encuentra con un cazador que quiere dispararle, generando más temor y cuando fue nuevamente con el mago, le pidió un último deseo, pero él le dijo que no, porque, aunque era un tigre, seguía teniendo un corazón de ratón. 

Esto es lo que pasa muchas veces con las personas que han sido formadas en su carácter por Dios, buscan su seguridad en el exterior, en la acumulación de dinero, o en redes sociales, haciendo un nombre y fama, siempre querrán ser mejor que los demás y con ambiciones, pero inseguridades en su corazón.

El carácter verdadero, es el que está formado en el temor de Dios, nos dice la Biblia, ‘así que, ¡sean fuertes y valientes, ustedes los que ponen su esperanza en el Señor!’, el verdadero carácter no tiene nada que ver con hablar fuerte, o mantenerse serio. Los cobardes que pisotean el nombre de Dios son los que tienen corazón de ratón. 

El carácter de verdad se empieza a forjar con el temor a Dios y el respeto a su nombre.

ORACIÓN

En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, hoy te damos las gracias por darnos la oportunidad de conocer más de tu Palabra.

Señor, no queremos seguir teniendo corazón de ratón, por eso te lo entregamos a Ti, para que empieces a forjarlo y trabajar en él.

Gracias por desarrollarnos un carácter, y crear seguridades que tanto nos hacía falta, porque no teníamos la voluntad de acercarnos a ti, Señor.

En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.