La Biblia dice que, cuando una persona se arrepiente, viene a los pies del Señor Jesús, reconoce a Él como su Señor y Salvador. Entonces en ese instante se hace una fiesta y una celebración importantísima en los cielos. Los ángeles de Dios empiezan a hacer allá arriba una celebración, todo un festín, porque uno de los terrenales, uno de los humanos aquí en la tierra, reconoce que el Señor Jesucristo es Dios, el Señor es Salvador y es dueño de cada uno de nosotros. 

Cuando hay arrepentimiento de un pecador, en el cielo, hay celebración; ahora la pregunta es, ¿Por qué Jesús y sus ángeles se regocijan tanto por un pecador que se arrepiente? ¿Qué es lo que sucede? ¿Qué es lo que es diferente? ¿Será que ellos ven allá arriba algo que nosotros no vemos? 

Pero no hacemos una celebración, una gran fiesta, no hacemos la gran bulla, pero allá arriba el Señor Jesús y sus ángeles sí, ¿cuál será la razón? ¿Será que ellos conocen algo que nosotros no conocemos? ¿Será que ellos ya vieron o están viendo algo que nosotros no sabemos? Absolutamente, ellos saben cómo es el cielo, ellos saben qué es lo que hay allá arriba, y por esa razón es la celebración.

El cielo está poblado de personas que dejaron que Dios los cambiara, los transformara. Entonces, allá arriba, no hay nada de hierba mala, hay oro puro sin mezcla, amor puro sin lujuria, esperanza pura, no hay ningún temor, con razón los ángeles se regocijan tanto cuando un pecador se arrepiente.

Ese regocijo de llevarlos allá, a donde tantas satisfacciones sentido que he recibido, eso es lo mismo que sucede allá arriba en el cielo, los ángeles, el Señor Jesucristo, cuando un pecador se arrepiente, entonces hacen una celebración inmensa, grandísima, porque saben lo que guarda el cielo, saben la manera en que es el cielo.

Cuando nosotros tengamos una visión más clara del cielo, nos podremos también regocijar juntamente con los ángeles del cielo, cuando un pecador se arrepiente y esta celebración y esta fiesta sucede cuando un mortal y terrenal reconoce su pecado, reconoce su separación que tiene con Dios, reconoce que necesita conectarse con Dios, reconoce que necesita el perdón de los pecados y reconoce, que no puede seguir viviendo por autosuficiencia, sino que necesita de la guianza de su Creador, que necesita del cuidado de su protector, de su Señor y de su Salvador.

Y es ahí, en ese momento, cuando una persona reconoce la necesidad que tenemos en nuestra vida de Dios, cuando reconocemos la necesidad de Dios, en nuestro interior. Es ahí, cuando se produce el verdadero arrepentimiento y es ahí, en ese momento, cuando hay celebración angelical y cómo no, si lo que nos aguarda en el cielo será magnífico. 

Si tú te preguntabas cómo era el cielo, pues el día de hoy no quiero darte la respuesta, pero quiero decirte que es maravilloso y que es magnífico porque muchos ángeles allá arriba, millares de ellos celebran cuando un pecador se arrepiente y recibe la salvación.

Qué te parece si oramos y le decimos al Creador Señor, dame ese mismo gozo y permíteme ser un agente de bendición para que otras personas lleguen y procedan al arrepentimiento.

ORACIÓN

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, hoy quiero darte las gracias por la oportunidad que nos has dado de estar aquí escuchando de tu palabra, y mi Padre, hemos visto y aprendido que se despliega todo un gozo allá arriba, en el cielo, en los ángeles, en ti, Señor Jesús. Cuando un pecador, cuando un terrenal, cuando un mortal, uno de los nuestros, procede al arrepentimiento y reconoce su necesidad que tiene de ser guiado por ti, mi Señor.

Amado Señor, hoy sabemos que ese gozo que se produce allá arriba, es porque ustedes que están allá conocen perfectamente bien lo que les espera, las personas que allá llegarán.

 ¡Oh Dios amado! de ese mismo gozo, hoy queremos pedirte en este día, de ese mismo gozo, queremos, Señor, que imparta en cada persona que nos está leyendo, que puedan ellos experimentar el gozo verdadero en su interior, y que esa persona se convierta en un agente de bendición, para poder llegar a otras personas y a través de Él otros puedan escuchar acerca del cielo, otros puedan escuchar acerca de la necesidad que tenemos de acercarnos a Dios y pedir a Él para ser guiados en esta tierra.

En el nombre de Jesús de Nazaret.

Amén y amén.