is queridos amigos, el día de hoy les enseñaré ‘El Gozo del Señor’, esto va más allá que la simple alegría momentánea de una situación que vivimos y nos produjo cierta felicidad.

El gozo a diferencia de la alegría, es permanente, es continúo, está aún a pesar de las dificultades, de las complicaciones, pero, ¿cuál es el primer paso para experimentar el gozo en nuestra vida?

Lo primero y más importante, es suplicar ayuda, nadie puede experimentar el gozo sin primero rendirse al Señor y suplicarle ayuda, ahí es cuando verdaderamente nace el gozo, no se puede experimentar antes o cuando confiamos de nuestras propias formas, fuerza o mano, ahí todavía no se puede experimentar.

El gozo inicia cuando suplicamos, cuando reconocemos nuestra integración moral o admitimos nuestra insuficiencia interior y decimos, ‘Señor, yo no puedo solo, yo no lo voy a lograr, yo necesito de tu ayuda, requiero de ti’, ahí es cuando inicia el gozo y esto parece una paradoja, una burla, pero este gozo inicia cuando estamos más derrotados, cuando estamos en lo más bajo de nuestras vidas, en lo más profundo de ese pozo, donde caímos.

Cuando nosotros reconocemos nuestra bancarrota espiritual, cuando no hay otro camino, o cuando perdemos un familiar, como el caso mío que perdí a mi hijo, es ahí, hasta que te rindes y te sometes a Dios y le dices, ‘Sabes qué Señor, sin ti no soy nada’, en ese preciso momento es cuando surge la chispa del gozo, cuando reconoces que dependes de Él.

Cuando dejamos de reclamar por justicia y nosotros empezamos a implorar misericordia, ‘Señor ten piedad de mí, no permitas que experimenta más dolor’. Es ahí cuando inicia el gozo. 

El gozo viene solamente de parte de Dios, no puede venir de ningún otro lugar, no proviene de algún logro, de alguna conquista, o de tus propias fuerzas, viene solamente del Señor, nace y surge únicamente en tu corazón. Pero el Señor lo entrega a las personas que solamente se han rendido a Él. No es solamente reconocer en una oración fría, el gozo solo aparece cuando reconocemos que el Padre es justo y nosotros somos unos viles pecadores. 

No debemos utilizarlo solo cuando necesitamos, sino que se quede y perdure por el resto de nuestras vidas. Hay personas que le piden ayuda, pero solo lo ocupan para que los saquen de la situación en la que se han metido. Lo que Dios espera es un corazón noble y que reconozca nuestra propia condición, y que le necesitamos, no solamente para que nos saque del pozo, sino que le necesitamos por el resto de nuestra vida y que sin Él no somos nada.

Queridos amigos, yo soy ese testigo fiel, yo he estado lleno de tristeza, vestido de luto, pero Él cambió esa ropa y me vistió de alegría.

ORACIÓN:

Mi Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, hoy te damos las gracias por la oportunidad que nos das de dirigirnos a ti, y entender que tener la vida es un privilegio, respirar el aíre de este planeta es solamente producto de tu misericordia.

Querido Dios, cuando el día está más oscuro, inicia el gozo para nosotros y te damos gracias todos los que lo hemos podido recibir, pero también oramos por aquellos que están camino a reconocer que, sin ti, no son nada, que sin tu ayuda es imposible continuar viviendo.

Dios amado te pedimos que a ellos que están en el proceso de reconocer su incapacidad moral, a todos ellos les llegue esa chispa de gozo y le cambies esa vestidura de luto. 

 Oramos y te damos las gracias en nombre del Señor Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.