Amigos, el don del que habla el apóstol Pablo es el don de la gracia, y es un regalo que Dios nos ha dado. Yo me pongo a pensar sobre este obsequio y, ¿cuál es el don más maravilloso del que nosotros podamos sentirnos agradecidos?

Es el regalo de la creación, el regalo de la vida misma. Pónganse a pensar por un momento nada más en el planeta donde vivimos, hubiese sido suficiente con una choza o con un lugar que tenga simplemente lo básico para subsistir.

Pensemos un poquito en lo que quiere hacer el hombre en marte, quieren colonizar marte, crear una colonia, buscando un tipo de vida artificial y que podamos tener oxígeno dentro de una burbuja, llena de mucha tecnología, cubriendo las necesidades primordiales del ser humano. 

Sin embargo, eso es la creación del hombre, y se queda corta con la creación de Dios, pero lo hablo como el regalo más maravilloso, como el obsequio más hermoso que el Señor nos ha permitido tener. Hubiese sido suficiente con un rancho donde podamos vivir, pero no, Él se esmeró en ponerle una cumbre a las montañas.

Quién le dijo que a las cebras les pusiera esas rayas para hacerlas ver tan hermosas y espectaculares, ¿por qué tenía que poner un canto en el pico a los pájaros?, ¿por qué tenía que hacer a los elefantes con esa inmensidad de tamaño y hermosura?, quién fue el que le dijo que los ríos tenían que correr para que el agua sea cristalina y que el agua del océano se mire azul y algunas partes turquesa. 

Hubiese sido suficiente una choza, pero nuestro Padre escogió esmerarse y poner su sello en la creación y dar lo mejor de Él para dárselo como regalo de la vida. Por eso hablo del regalo más maravilloso.

Me he dado cuenta que, no solamente Dios lo hace, tú también lo haces, te he visto recorrer los supermercados, buscando el mejor regalo para la persona a la que quieres sorprender, pero no hablo de esos que son obligatorios, que son para la reunión, no, me refiero a esos obsequios para esa persona especial, buscando impresionarla. Le quieres hacer saber lo especial que es esa persona para ti. Te he visto recorriendo los pasillos de la tienda buscando lo más bonito. 

Dios es exactamente igual, por esta razón quiero decirte que la próxima ocasión que veas el resplandor de un nuevo día, el sol poniéndose hacia arriba o llegando a su descanso, espero que le puedas dar gracias a Dios.

Cada vez que puedas detenerte por un momento agradécele al Padre Celestial por lo que hay en tu entorno, desde una simple hormiga, hasta el árbol más frondoso que hay en el bosque, agradécele y dile, ‘Señor, sé que lo hiciste por mí’. 

El regalo más maravilloso, es el obsequio de la creación, de la vida. Y ese, lo hemos recibido absolutamente todos y hay que parar por un instante y agradecerle al creador, no olviden, Corintios 9:15, ‘Gracias Dios por este don, que es tan maravilloso, que no puede describirse con palabras’. 

ORACIÓN: 

En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, hoy queremos darte las gracias por el regalo más maravilloso que hemos recibido, el don de la vida.

Padre Celestial, hemos descubierto que hubiese sido suficiente con una choza donde simplemente pudiéramos haber habitado con lo necesario, pero no, decidiste esmerarte, adornar tu creación y ponerle tu sello, tu firma, tu olor.

Señor, hoy nuestro corazón se detiene por un instante, para reconocer y agradecer por lo que hiciste por nosotros.

Amado Dios, hoy entendemos que somos muy importantes y valiosos para ti, y por esa razón hoy venimos a decirte gracias por el amor y por este regalo tan maravilloso que nos has dado, el de la creación, la vida y todo lo que nos rodea.

Oramos en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.