Al mirar la historia del Señor Jesucristo de Nazaret, seguramente pensando desde su propia mirada, cuando Él veía hacia el horizonte de su futuro, veía muchos blancos por lograr o por conseguir.

Seguramente muchas banderas ondeaban con el viento de aquella época, cada una de las cuales Él pudo haber seguido estas banderas o estos caminos. Por ejemplo, pudo haber sido un político revolucionario, que movía masas y multitudes y hubiese podido conquistar un buen peldaño, un buen puesto como presidente de su nación.

Seguro estoy de que lo hubiera logrado, esa era, digamos, una bandera que ondeaba cerca de Él y que trataba de distraer; pudo haber quedado muy satisfecho con ser un maestro y dedicarse a educar las mentes y ser conocido como un gran gurú, como el influencer número uno de su época.

Pudo ser el mejor médico de la historia, el mejor curandero que sabía los mejores trucos para sanar a las personas, y seguramente hubiese sido muy buscado por los que le rodeaba, pero Él escogió ser un Salvador, el Salvador de almas. ¿Saben? Una de las increíbles habilidades de Jesús fue la de mantener el enfoque y esta es la habilidad que lo cambia todo, el enfoque. 

Su vida nunca se alejó de su sendero; siempre se mantuvo en el curso de la vida, nunca se apartó de su propósito, nunca dejó de cumplir su llamado, su misión. Creo que tú y yo, ahora mismo, podemos darnos cuenta que es muy, pero muy fácil desviarnos de nuestro verdadero llamado.

Es muy fácil cuando alguien te ofrece un camino diferente, o te dicen, de este lado ganarás un poco más de dinero o te dicen al plazo de 5 o 10 años te convertirás en alguien muy influyente, con más dinero para retiró para tu futuro. Creo que todos, tenemos siempre esa tentación de desviarnos, pero ¿sabes cuál es la habilidad que lo cambia todo? 

La habilidad que lo cambia todo, es la del enfoque. Y esa habilidad fue la que adoptó el Señor Jesucristo, una increíble habilidad de mantenerse enfocado. Su vida nunca se alejó de su propósito, su vida nunca se alejó del camino que su padre le había trazado; siempre se mantuvo en el curso de su llamado, en el curso de su misión. 

Cualquier persona cercano a ÉL en aquella época, seguramente escuchó de sus propios labios decir lo siguiente: Marcos 10:45 Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos».

El Señor Jesucristo siempre lo tuvo muy claro, siempre lo siguió, siempre persiguió el sueño de salvar a las personas; el corazón de Cristo estaba resueltamente orientado hacia una tarea, hacia una sola meta. 

El día que dejó la carpintería de Nazaret, tenía un propósito final y su propósito era la cruz del Calvario, porque sabía que era el único instrumento que traería salvación al mundo entero; la habilidad que lo cambia todo es la habilidad del enfoque y el Señor Jesucristo se mantuvo enfocado.

Por eso yo hoy te pregunto ¿cuál es el llamado que tú tienes que cumplir?, ¿cuál es la tarea que estás realizando ahora mismo?, ¿está alineada a tu llamado?, ¿está alineada a tu misión, a tu propósito de vida? Si no lo está, déjame decirte, no tendrás satisfacción, no tendrás alegría, gozo y felicidad. 

Cumplirás tareas, llegarás a las banderas de los blancos que se te presentan en tu horizonte, pero no tendrás la satisfacción, como el Señor Jesucristo dice la Biblia, que tuvo la satisfacción de finalmente a los 33 años de edad, colgando en la cruz, su cuerpo destrozado, gritar hasta el cielo consumado, es un grito de satisfacción, un grito de verdadero logro, de verdadero triunfo.

Y es que, la habilidad que lo cambia todo, es la habilidad del enfoque, te lleva a cumplir la meta por la cual tú fuiste creado. Vamos a hablar con Dios y a pedirle que nos ayude a mantener el enfoque en nuestra vida.

ORACIÓN:

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret. Hoy quiero darte las gracias por la oportunidad que nos das de la vida, también quiero darte las gracias, por transmitirnos tu conocimiento, tu enseñanza, por mostrarnos el camino que Tú recorriste, 

Hoy claramente, hemos descubierto y nos hemos dado cuenta que tú, aplicas en tu propia vida la habilidad que lo cambia todo.

La increíble habilidad de mantenerse enfocado aún a pesar de los diferentes caminos que se presentan en nuestro horizonte, y que muchos de ellos,  son tentadores porque nos ofrecen al final una buena recompensa, pero esa recompensa no tiene nada  que ver con nuestro llamado.

Mi Dios, hoy yo te pido, que esa persona que ha caminado de forma enfocada, pueda sentir la plena satisfacción y alegría de saber que va caminando por la ruta que Tú le indicaste. 

Hoy también te pido por aquellos que se han desviado en su camino, aquellos que han buscado cumplir otros llamados, seguir otros objetivos, otras metas que están confundidos, que no saben siquiera si están haciendo lo correcto o no.

Señor amado hoy te pido por sus almas, hoy te pido por sus vidas, hoy te pido para que les reveles tu voluntad, hoy te pido Dios mío que los guíes, y te doy las gracias, porque tú eres el único que puede darnos las fuerzas para mantenernos enfocados, eres el único que puede darnos la fuerza para mantener esa habilidad en nuestra vida. 

Señor amado y te doy gracias y bendigo a cada persona que está leyendo  El Devocional el mensaje de tu palabra, que tu paz y tu bendición esté con cada uno de ellos. En el nombre de Jesucristo de Nazaret. 

Amen y amen.