Romanos 1:1 (NTV) Yo, Pablo, esclavo de Cristo Jesús y elegido por Dios para ser apóstol y enviado a predicar su Buena Noticia, escribo esta carta.

Es importante tener claridad en la identidad que nos define a cada uno de nosotros.

El apóstol Pablo inicia esta carta con una presentación breve, clara y concisa. Él sabía quién era. Estaba totalmente definido, con una claridad absoluta sobre su esencia e identidad. No tenía dudas al respecto.

Pablo menciona tres aspectos clave sobre su identidad. Primero, dice: “Yo, Pablo”. Reconoce que todo lo que describe a continuación se refiere a él mismo. Luego añade: “Esclavo de Cristo Jesús”, seguido de “elegido por Dios para ser apóstol” y, finalmente, “enviado a predicar su buena noticia”.

Estas tres características definen completamente su identidad. Todo en su vida, su conducta, comportamiento, tareas y decisiones, giraba en torno a esa definición. Pablo sabía quién era y eso marcaba cada aspecto de su existencia.

Hoy, vivimos en una sociedad donde muchas personas no tienen claridad sobre su identidad. Desconocen quiénes son y qué propósito tienen, lo cual representa un grave problema. Por eso es fundamental definirnos.

Te pregunto: ¿puedes definirte como lo hizo el apóstol Pablo? ¿Podrías presentarte en un solo versículo o párrafo, usando tres características esenciales que te describan? ¿Qué dirías acerca de ti mismo si tuvieras que presentarte en 30 segundos?

Yo, por ejemplo, puedo definir mi identidad de esta manera: Yo, Miguel Montoya, hijo de Dios, escogido por el Padre para enseñar a la gente a usar su fe a través de todos los medios posibles.

Cuando defines claramente quién eres, vives con felicidad, contentamiento, propósito y paz. Tu vida progresa, triunfas, y encuentras tranquilidad contigo mismo. Sin embargo, si no defines tu identidad, podrías alcanzar logros materiales o financieros y, aun así, sentir que algo falta.

Es triste llegar al final de la vida con éxito financiero, dejando una herencia para tus hijos, pero sin haber entendido quién eres ni haber vivido con un propósito más allá de lo material. Ser una "maquinita de dinero" es muy pobre, porque nacimos para algo más significativo.

Cuando defines tu identidad en Dios, todo cambia. Tienes claridad, paz y un propósito firme que guía cada aspecto de tu vida.

ORACIÓN

Padre celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos gracias por mostrarnos, a través de un solo versículo de tu Palabra, la importancia de tener claridad en nuestra identidad.

Sabemos que nuestra identidad define nuestro futuro, nuestras decisiones y lo que sucede en nuestras vidas. Muchas personas se enfocan en logros materiales o éxito financiero, pero luego descubren que eso no llena el vacío de una identidad sin propósito.

Señor, te pedimos que nos permitas definirnos con claridad. Revela en nosotros quiénes somos, qué hacemos y para qué hemos sido llamados. Que descienda sobre nosotros tu revelación para que podamos encontrar nuestro propósito en ti.

Así como el apóstol Pablo definió su identidad de forma clara, inmediata y precisa, que nosotros también podamos hacer lo mismo. Sabemos que, cuando nuestra identidad está en ti, nuestras vidas tendrán paz, contentamiento y un propósito eterno.

Te damos gracias y oramos en el nombre de Jesús. 

Amén y amén.

¡Bendiciones!