Juan 16:1 (NTV) Les he dicho estas cosas para que no abandonen su fe.

El Señor Jesucristo advirtió claramente a sus discípulos sobre el peligro de ser tentados a abandonar la fe. Les dijo esto justo antes de partir, antes de ser crucificado y morir. Jesús les anticipó que sufrirían persecución, e incluso les matarían. 

Aquellos que les quitarían la vida pensarían que estaban sirviendo a Dios. Es decir, las personas estarían tan engañadas que, en medio de esa persecución y muerte, creerían estar haciendo un bien para Dios con la muerte de los creyentes. Así de despiadada iba a ser la persecución que Jesús les anunciaba, y así de atroces serían los momentos que experimentarían en su vida. Por eso proclamó: “Les digo estas cosas para que no abandonen la fe.”

¿Quiénes son los que abandonan la fe? Son aquellos que, ante la dificultad, eligen el camino más fácil y buscan una salida inmediata. Jesús les advirtió que vendrían esos tiempos difíciles y les instó a recordar sus palabras cuando las dificultades llegarán. “Recuerden que yo les advertí. Recuerden que era parte del plan. Recuerden que era necesario que sucediera esto. Recuerden que yo estoy con ustedes.”

Todos los discípulos de Jesús perdieron la vida de forma cruel y despiadada, excepto el autor del Evangelio de Juan, quien murió de muerte natural. Los demás fueron castigados y perseguidos por su fe, por creer en el Señor Jesucristo y mantenerse firmes.

Hoy, quienes abandonan la fe ante la dificultad son los que buscan la salida más rápida, inmediata o cómoda. Es natural evitar la presión o los problemas, y huir de situaciones que exigen firmeza, compromiso y responsabilidad. Por eso, son quienes están en dificultad los que más expuestos están a abandonar su fe.

Hoy vengo en nombre de Jesús, y con sus palabras, a decirte lo que un día dijo a sus discípulos: “Cuando pases por dificultades, recuerda mis palabras.” Si estás enfrentando una enfermedad, una crisis matrimonial, una acusación injusta o la traición de alguien, recuerda que todo esto sucede porque tienes fe. Recuerda que el mundo espiritual está agitado y que las fuerzas de las tinieblas buscan que abandones tu fe. Y la manera en que intentan hacerlo es metiéndote en aprietos, llevándote al dolor y al sufrimiento, con el deseo de verte destruido.

Esta es la realidad en la que vivimos. Tal vez pienses: “¿Quién podría ser tan cruel? ¿Quién querría verme sufrir o fracasado?” Aunque no lo creas, querido, hay quienes actúan como instrumentos del mundo oscuro, y el objetivo de esa persecución es la fe. Tu fe es muy valiosa, así que mantente firme y estable. Por encima de todo, cuando pases por momentos difíciles, recuerda siempre las palabras de Jesús.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te agradecemos por la palabra que nos has dado. Hoy venimos en oración a pedirte la misma valentía que les diste a los discípulos hace dos mil años, para resistir toda embestida del enemigo. Que esa misma valentía se manifieste en nosotros, los que profesamos la misma fe en ti, Señor Jesús. Que el coraje que les caracterizó a ellos sea una característica nuestra, los creyentes de hoy, que proclamamos tu nombre.

Padre Celestial, bendigo a cada persona que esté atravesando dificultades. Te pido que les fortalezcas en medio del dolor. Elevo mi oración para levantar sus manos en el Espíritu. Aunque haya tantos rivales y enemigos espirituales, tantas fuerzas de las tinieblas en su contra, que ellos también sepan que estamos orando por ellos y que tú, Jesús, estás intercediendo en el cielo para que no abandonen su fe. Porque esa es tu voluntad, Señor: resistir, permanecer, aguantar y no abandonar la fe.

Señor, te damos las gracias y oramos en el nombre de Jesucristo de Nazaret.

Amén y Amén.

¡Bendiciones!