Te voy a decir en 2 palabras cómo sería la tierra. Pero primero vamos a empezar a analizar la promesa de parte de Dios en el libro de Apocalipsis es que va a darnos a nosotros a heredar las naciones, y que vamos a vivir aquí en este planeta tierra renovado y restaurado después de la destrucción que suceda en el libro de Apocalipsis.

Por qué la Biblia dice que va a ser todo destruido, y que van a haber diferentes juicios en contra de la tierra, se van a abrir los rollos de los juicios que están en las copas de la ira del Señor y se derramará sobre la tierra y habrá una destrucción total. Después esta tendrá que ser restaurada, el diablo será encadenado por mil años y entonces habitaremos en la tierra lo que se conoce como el milenio, pues será una vida maravillosa y súper esperanzadora lo que nos espera.

Pero, ahora quiero que pienses por un momento acerca de la condición en la que tenemos ahora la tierra. Muchas personas piensan que es catastrófica, que es insoportable vivir aquí, que ya no se aguantan más, pero, la Biblia dice que la tierra gime por redención, en otras palabras, tierra está ya esperando también su propio rescate por tanta maldad que existe.

Piensa por un momento qué pasaría o cómo sería la vida si el Espíritu Santo de Dios no estaría aquí en la tierra, cómo sería si la presencia de Dios no estuviese aquí en la tierra con nosotros, edificando su Iglesia, llamando al arrepentimiento a los creyentes, a las personas que han de ser salvas.

En los últimos años ha ido creciendo el movimiento del cristianismo, cada vez son más las personas que se convierten a Cristo, cada vez son más las personas que creen en el Señor Jesucristo.

Cada fin de semana, miles de personas se convierten al Evangelio y entregan su vida al Señor Jesucristo. Por eso te digo piensa por un momento ¿qué sería si Dios nos tuviese aquí en la tierra haciendo su obra? ¿Piensas que la gente puede ser tan cruel ahora? 

Crees que somos brutales el uno contra el otro, agresivos, traicioneros, traidores. Aun con la presencia del Espíritu Santo, actuamos de esta manera los seres humanos; ¿piensas que hay soledad, desesperación y sentido de culpabilidad ahora? Imagínate la vida sin el toque de Jesús aquí en la tierra, ¿cómo viviríamos? 

Si Dios se llevase sus ángeles y se llevara su gracia, su promesa de la eternidad y sus servidores que estamos acá en la tierra, ¿cómo sería este mundo? imagínate en un instante ¿cómo sería este planeta? Yo me lo imagino o lo descifro con dos palabras. La tierra sería un infierno; efectivamente, sería un infierno. Imagínate cómo somos los seres humanos, cuánta maldad hay en nosotros, cuánto deseo de destrucción tenemos, cuánto deseo de dañar a los demás hay en los seres humanos. 

Porque Dios tiene un plan y un propósito para nosotros, aun los que todavía no son salvos, Dios tiene un plan y un propósito para ellos y los está aguardando, y por eso, en algún tiempo o momento ellos escucharán su mensaje y se salvarán. Si te parece que la tierra ahora mismo es dolor o sufrimiento, yo solo quiero que te imagines cómo sería si el Espíritu Santo no estuviera en la tierra con nosotros.

Por eso en este devocional quiero que medites y reflexiones en la importancia de tener su presencia acompañándonos todos los días, la importancia de que lo invoques cada mañana que tú sales de tu casa, la importancia de que te asegures de hacerle sentir bien a tu lado para que te acompañe.

ORACIÓN

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, hoy quiero darte las gracias por esta oportunidad que nos das de estar aquí, para iniciar una semana más.

Dios mío, reflexionar sobre la importancia que tiene tu compañía y tu presencia en esta tierra con nosotros; a veces pensamos que hay tanto dolor y sufrimiento, que hay tanta tragedia, tanto engaño, tanta falsedad, tanto orgullo, tanta avaricia, tanta codicia. 

Señor, pero, pensándolo bien hoy valoramos tanto esa presencia, porque si no si no estuviese tu obra, este planeta sería un completo infierno, un infierno total, una humanidad perdida, desviada, un planeta destruyéndose completamente unos a otros. 

Dios, y lo más importante, hemos aprendido a valorar tu compañía, hemos aprendido a valorar tu presencia cerca de nosotros todos los días, por lo cual te pedimos que cada que, en nosotros y nuestro público, te invoque todas las mañanas y busquen tu compañía, les ayudes, Señor, los acompañes, les asistas, estés con ellos, Señor amado, y ellos te hagan sentir cómodos al lado de ellos. 

Señor, gracias por tu bendita presencia. 

En el nombre de Jesucristo de Nazaret oremos. 

Amén y amén.