La Biblia nos enseña que Él tiene que ser alabado y nosotros tenemos que darle y rendirle adoración, pero la adoración tiene que ser algo voluntario, algo espontáneo, algo que se produce en nuestro interior. Sin embargo, en muchas ocasiones las personas no saben adorar a Dios o simplemente no tienen la paciencia en su corazón.

La adoración tiene lugar cuando uno está consciente de que ha recibido mucho más de lo que puede dar. O sea, es algo natural cuando eres consciente de eso, adorar es estar consciente de que, si no fuera por el toque de Él, estaríamos sufriendo enfermos, deprimidos, estaríamos prácticamente viviendo en derrota, en fracaso. 

Entonces, cuando tú eres consciente de que, si no fuera por su bendición, tú no estarías donde estás, si tú no eres consciente de eso, no vas a poder adorar; por eso es importante ser conscientes de cuál es la condición en la que estoy. A veces se nos olvida todo lo que Él ha hecho por nosotros, pensamos que es normal vivir de manera como vivimos con provisión, con sustento, con techo, con cuidado, con amor de los que los rodean, se nos olvida que si estamos sanos es gracias a Él.

Si esto se nos olvida, estamos en problemas; no vamos a poder dar acción de gracias, no vamos a poder adorar a nuestro Dios. Así que la adoración es una expresión en una persona que un día se vio sedienta, desesperada. Es una expresión de gratitud en la persona que un día se vio devastada, destruida. 

A veces algunas iglesias nos enseñan, que son 50 minutos de adoración, de lo contrario el Señor no la recibe, otros dicen que son 30 minutos.

Y ¿saben? Hemos tratado de ponerle ciencia, de ponerle patrones, formas. La adoración, es simplemente una expresión de gratitud a nuestro Dios, la adoración es un acto voluntario de gratitud, el que es redimido le da gracias al Redentor, el que estaba muerto, le da gracias al que le dio la vida. 

Con esto quiero dejarlos en el día de hoy, reflexionando ¿cómo es tu manera de adorar a Dios? ¿Es espontánea? ¿Es expresiva? o ¿es una adoración tímida? que le da vergüenza que lo vean, que lo escuchan, que tal vez no entona, que le da vergüenza que lo vean levantando manos.

¿Cómo es tu adoración? ¿Sabes? Dios está esperando que tú le reconozcas, que tú le des acción de gracias y que sea un acto voluntario. Y hasta que entiendas que has recibido mucho más de lo que puedes dar hasta ese momento, podrá tu adoración llegar al siguiente nivel de tu vida.

Te reto y te desafío a que este próximo fin de semana aproveches en la iglesia y que le adores con pasión y con entrega, pero que no esperes siguientes siete días o seis días para volver a hacerlo, sino que todos los días expresen gratitud a Él; a veces con tus propias palabras o a veces con palabras que salen de otras personas que las pusieron con nota, ritmo y canciones, pero que continuamente estés dando acción de gracias a nuestro Dios, expresión de gratitud. 

ORACIÓN

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, hoy te damos las gracias por esta oportunidad que nos das de estar acá aprendiendo de tu palabra, y profundizando en el tema de la adoración, la acción de gracias.

Señor, cuando nosotros hemos recibido tanto de parte tuya, tanto de tu bendición, de tu favor, de tu amor, lo menos que podemos hacer es adorarte, Señor. Lo menos que podemos hacer es expresar nuestra gratitud.

Por eso yo te pido que despiertes los corazones agradecidos, la iniciativa en cada persona de que en cuanto les sea posible, puedan adorar, agradecer y sobre todo si lo hacen en privado, si lo hacen, en el lugar secreto y que tú Señor recibas todas estas expresiones de gratitud y de adoración, pero que también cuando lo hagamos de forma colectiva como familia dentro de la iglesia, seas Tú Señor, viniendo a consumir esos sacrificios de alabanza que ofrecemos solamente para ti, mi Rey.

Porque reconocemos que tú eres el único digno de ser alabado y exaltado.

Gracias Padre, en el nombre de Jesucristo de Nazaret oremos. 

Amén y amén.