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Una Señal Celestial

𝑫𝑬𝑽𝑶𝑪𝑰𝑶𝑵𝑨𝑳:CON DIOS NO ACCIDENTES

Lucas 18:7 NTV
 
Si hasta Él dio un veredicto justo al final, ¿acaso no creen que Dios hará justicia a su pueblo escogido que clama a él día y noche? ¿Seguirá aplazando su respuesta?
 
En muchas ocasiones nos preguntamos y nos ponemos a pensar ¿por qué será que en algunas ocasiones pareciera que Dios no responde?, ¿Por qué algunas ocasiones pareciera que Dios tarda tanto?, ¿por qué no hay la respuesta que tanto estamos esperando? esa respuesta que nos sacará del apuro momentáneo, que nos sacará del problema completamente; ¿por qué Dios espera hasta que el dinero se acabe?, ¿por qué esperar hasta que la enfermedad se extienda?, ¿por qué prefiere esperar hasta el otro lado de la tumba para responder a las oraciones de sanidad? 
 
Así, en muchas ocasiones nosotros no entendemos los tiempos de Dios, queremos y esperamos que sea a nuestra forma, a nuestro tiempo, a nuestra manera, en el momento que nosotros creemos que debe de ser. Incluso nos cansamos de esperar, nos digamos, por estar esperando. 
 
Lo que pasa es que el tiempo lo medimos de una manera completamente diferente a la manera en que Dios lo mide, nosotros queremos y esperamos que antes de que se nos acabe el dinero, Él ya mande la respuesta y a veces Dios espera que se termine el dinero para que entonces Él pueda aparecer. 
 
Nosotros queremos que Él responda antes de que la enfermedad se extienda por todo el cuerpo, antes de que se complique más la salud de nosotros o nuestros familiares, pero en muchas ocasiones es que Dios responde o contesta hasta que ya todo pareciera no tener solución, no tener sanidad, no tener remedio.
 
Hoy quiero que te quedes con algo bien importante. Yo sé que su llegada es siempre oportuna, pero solo te puedo decir que Él hará lo que es mejor, lo que más nos conviene, lo que más va a aportar a nuestra vida, lo que más va a agregar valor a nuestra vida. Aunque no escuches nada, Dios está hablando, aunque no veas nada, Él está obrando; con Dios no hay accidentes.
 
Todo incidente está encaminado a acercarnos más a Él, en Él no hay accidentes. Un accidente surge momentáneamente de repente, de forma inesperada; las cosas que pasan en nuestra vida, en Dios no hay ninguna que sea accidente, todo es un incidente, es parte del camino, es parte del plan, es parte de la vida, y cuando tú lo entiendes de esa forma podrás s saber que Él ya lo tiene todo preparado. 
 
Es cuestión de esperar, es cuestión de seguir buscándolo, es cuestión de seguir clamando a Él, es cuestión de seguir sedientamente buscando de su presencia. Porque aunque tú piensas que Él está tardando, aunque tú piensas que Él está escondido por allá sin escucharte, sin hacer nada, hoy Él te dice que Él está escuchando, hoy Él te dice que Él está obrando, hoy Él te dice que tiene el control en sus manos, hoy Él te dice espera.
 
Cuando yo tuve un accidente vehicular y mi esposa estaba postrada en cama, hubo varias etapas y varios momentos de decaimiento; ella estaba en el hospital por cerca de un mes y cuando la regresaron a casa, nos dimos cuenta de que no podía doblar sus rodillas. Al siguiente mes, después de estar en casa un mes, la regresaron al quirófano y me dijeron que debían operar las rodillas porque ambas quedaron mal, sus meniscos están muy dañados y es muy probable que necesite operación. 
 
La llevaron al quirófano una vez más y finalmente, como si no estuvieran ya las cosas tan complicadas, no fuera tan difícil lo que estábamos atravesando, sale el médico en el momento de la operación y me dice – ¿Sabes?, no pude venir a pedirte autorización porque estaba ya en el quirófano, pero sus meniscos estaban demasiado dañados y perdió el 50% de los meniscos de ambas rodillas.
 
Solamente le quedó la mitad de los meniscos y eso es un tejido que nunca se recupera, más bien se va desgastando, me decía el médico, como si las cosas no fueran suficientemente complejas o complicadas todavía; el doctor me da esa noticia y ¿sabes?, yo quería en ese momento que las cosas ya terminaran, que tuviéramos la respuesta de parte de Dios, que nos dijeran que todo estaba bien, que era cuestión de un par de semanas para que ella se recuperara y pudiera caminar.
 
Pero no, no era en mi tiempo, no era a mi manera, no era a mi forma, era en el tiempo de Dios. Pasó casi un año y medio para que ella pudiera caminar, levantarse de una silla de ruedas y poder por su propio pie, andar y caminar, pero hoy que miro hacia atrás, puedo darme cuenta que Dios siempre estuvo ahí a tiempo, no era en el tiempo mío, eran el tiempo de Él y todo obró para nuestro favor.
 
Por eso hoy que veo el accidente de aquí hacia atrás, puedo estar tan agradecido con Dios, puedo estar tan alegre por todo lo que sucedió, porque veo como Él nos cuidó y vi su amor y aunque en su momento no lo escuchaba, aunque en su momento yo no lo veía, Él estaba obrando, Él estaba hablando.
 
Un día ustedes verán hacia atrás el problema que hoy están enfrentando y se darán cuenta, que todo lo que hoy están viviendo, por difícil que esto sea, está aportando a su vida; les está agregando valor a su vida, tiene un plan porque todo tiene un propósito y quiero que te quedes con esto y es que Con Dios no hay accidentes.
 
Todo es incidental, es parte del camino, es parte de la vida, es parte del propósito, es parte del plan, a Dios no se le salió de las manos, Él tiene el cuidado de tu vida, de tu hogar, de tu familia, de tu matrimonio, de tus finanzas y de tu salud.
 
Solamente confía en Él y por eso hoy te invito a que puedas orar y  clamar diciéndole al Señor gracias por todo lo que has permitido en mi vida y lo que seguirás permitiendo. 
 
ORACIÓN
 
Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret. Hoy quiero darte las gracias por la oportunidad que nos das de estar de pie, y estar delante de tu presencia, meditando en tu palabra Dios. Mi padre hoy aprendimos que en ti no hay accidentes.
 
Todos son incidentes, señor, y todo incidente obra para nuestro bien, todo tiene un propósito y el objetivo de hacernos crecer, madurar y sobre todo, acercarnos más y más a tu presencia.
 
Mi Padre Celestial, hoy quiero poner en tus manos a la persona que está que por medio de El Devocional, esa persona que en esta semana tiene que ir a la Corte, tiene que encarar al juez  y que lo mejor las cosas parecieran estar en contra de él o de ella, pero que hoy ha recibido esa palabra que dice que en ti no hay accidentes, sino que todo es un incidente y esto obrará para su bien. 
 
Bendigo a la persona que va rumbo al hospital, o que en esta semana, en estos pasados días o probablemente en los días próximos tendrá que visitar al hospital. Tú tienes el cuidado de todo esto, yo los pongo en tus manos orando por ellos para que sean fortalecidos.
 
Mi Dios, yo quiero pedirte para que cada uno de ellos entienda que tú no tardas, que tú siempre respondes. 
 
Permíteles tener una manera diferente de ver las cosas, es que a veces las vemos desde nuestra propia y única perspectiva. Es tan necesario ponernos en el lado tuyo y poder ver desde allá arriba, desde allí adelante, desde el futuro, darnos cuenta que era necesario, que lo que hoy estamos viviendo lo tenemos que atravesar por el propio bienestar de cada uno de nosotros y de nuestra familia.
 
Señor amado, te doy las gracias en el nombre de Jesucristo de Nazaret.
 
Amén y amén.

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