Santiago 3:10 (NTV) Y así, la bendición y la maldición salen de la misma boca. Sin duda, hermanos míos, ¡eso no está bien!

Nos referimos al doble discurso a esa forma errónea o a esa mala costumbre de ser o tratar ser personas de bien y al mismo tiempo y sin darnos cuenta, muchas veces ser arrastrados al mal.

También estoy hablando de los dichos que salen de nuestra boca, no solamente a nuestras acciones, cada vez es más común que las personas frente a alguien hablen bien y después cuando ya no está, se habla mal de él o ella, ese es un doble discurso, eso es ser hipócrita, inconstante y ser de doble moral.

El error más grave de eso no solo está cuando hablamos de los demás, es cuando hablas de ti mismo, hoy te quiero enseñar y que entiendas que la Biblia nos dice que esto no es correcto, no está bien, dice el apóstol Santiago que eso es irreprochable para nosotros los hijos de Dios.

A qué se refiere cuando sale bendición o sale maldición, muchas veces tú eres inconsciente y eres arrastrado a hablar lo negativo, por ejemplo, cuando te despiertas dices: “Ay, qué mal día”, eso es decir mal de tu día o maldecirlo, olvídalo, esas palabras no deberías de salir de tu boca, no puede salir la bendición y la maldición, tienes que ser fuente de bendición.

Tu boca solamente debe declarar, pronunciar y decir: “Qué maravilloso día”, “que bien me siento”, “que increíble que es la vida”, “que fantástico se ve mi cuerpo”, “estoy lleno de vida”. Estos dichos de nuestra boca tienen que ser constantes y ser de una sola fuente, no podemos tener doble discurso de nosotros mismos, no podemos hablar lo positivo y después lo negativo.

No se puede estar esperando que el día sea maravilloso, cuando lo que se dice es que es un día fastidioso o pesado, todo lo que tenga que ver con lo negativo o con la maldición debes cancelarlo de tu boca.

Tú no puedes esperar la bendición cuando en tu boca solo hay maldición, por ejemplo, hay personas que han vivido circunstancias muy difíciles, como un divorcio o separada, quiere que su día se maravilloso, pero su boca solo declara lo malo que era el hombre o la mujer con la que vivía, está bien hacerlo por terapia con Dios, desahogarse y decirle cómo te sientes, pero solo con el objetivo de que se perdone a la persona y dejarla ir libre.

Esta es una reflexión para que ya no traigas la maldición o el estar maldiciendo o diciendo mal del hombre con el que vivías o con de la mujer con la que te tocó o de la situación que te tocó vivir, es hora de que seas de una sola fuente, un solo discurso, no doble, escoge la bendición y no la maldición.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret te damos las gracias, Señor, por la vida y queremos orar para que tu Espíritu Santo nos recuerde y avise de inmediato cuando estamos teniendo doble discurso o cuando sale de nuestra boca la bendición, pero también la maldición, pero es importante que nos corrijas, Señor

En el nombre de Jesús.

Amén y amén.

¡Bendiciones!