1 Corintios 7:2 (NTV) Sin embargo, dado que hay tanta inmoralidad sexual, cada hombre debería tener su propia esposa, y cada mujer su propio marido.

Querido, vivimos en una sociedad que enfrenta desafíos, y aunque algunos parecen modernos, son los mismos que existían hace dos mil años. El apóstol Pablo ya identificaba un problema grave en su tiempo: la inmoralidad sexual estaba muy extendida, y muchos no asumen la responsabilidad de comprometerse en un matrimonio fiel con una sola persona, tal como nuestro Padre Celestial lo estableció.

Aunque nuestra sociedad ha avanzado en muchos aspectos, como la ciencia y la tecnología, vemos que el matrimonio no solo no ha progresado, sino que está en decadencia. Las estadísticas muestran un aumento en los divorcios y en las personas que deciden no casarse, optando por vivir en relaciones múltiples sin formalizar.

Esta falta de compromiso ha traído consecuencias serias como enfermedades de transmisión sexual, hijos no deseados y un preocupante aumento en los abortos, resultado de decisiones impulsivas o relaciones fuera del matrimonio. Todo esto podría evitarse si siguiéramos el consejo de la Palabra.

Lo más preocupante es que estos problemas no solo afectan a quienes están fuera de la iglesia, sino también a aquellos que, como tú, han conocido y profesado la fe. La enseñanza que hoy te comparto es una llamada a volver a las bases, a reforzar el compromiso matrimonial desde dentro de la iglesia, desde tu propia vida y hogar.

Como parte del cuerpo de Cristo, tenemos las herramientas para fortalecer los matrimonios, y estoy convencido de que podemos ser parte de la solución.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te pedimos, que fortalezcas los matrimonios y las familias. 

Ayuda a cada persona a renovar su compromiso, a vivir conforme a los principios que Tú estableciste. Que cada matrimonio sea fortalecido y que las familias se mantengan firmes en Tu verdad. Te lo pedimos en el nombre de Jesús.

En el nombre de Jesús.

Amén y amén.

¡Bendiciones!