𝑫𝑬𝑽𝑶𝑪𝑰𝑶𝑵𝑨𝑳: LA FUENTE CORRECTA

Juan 4:12-14 NTV

Además, ¿se cree usted superior a nuestro antepasado Jacob, quien nos dio este pozo? ¿Cómo puede usted ofrecer mejor agua que la que disfrutaron él, sus hijos y sus animales?

Jesús contestó: —Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.

Hoy quiero enseñarte que cuando una persona regularmente está desesperada, en cuanto a los problemas que de alguna forma le han le han sucedido, por cualquiera que sea la circunstancia. Cuando uno está tan desesperado por tratar de resolver, es equivalente a tener una sed angustiante, desesperante.

Aquí muy cerca de nosotros, en la frontera de México con los Estados Unidos, muchas personas tratan de pasar y en ese trayecto caminando, algunos les toma entre tres, cuatro, hasta cinco días, y lo que alacanzan a cargar, es un galón de agua aproximadamente, pero es tan asfixiante y agobiante la caminata que ese galón de agua no rinde, se disminuye y se termina al segundo día, ellos tienen que resistir el tercer y cuarto día prácticamente sin agua.

Llega el momento de la desesperación, que cualquier agua que ven en el camino; si es que la hay, tratan de beberla, pero el peligro está en beber agua estancada, yo lo vi con mis propios ojos, agua estancada que puede ser agua contaminada, agua llena de bacterias, agua que está llena de químicos, de fertilizantes, de las tierras de alrededor y que puede ser súper peligroso para las personas.

Sin embargo, es tanta la desesperación, tanta la sed, que a ellos no les importa el contenido de esa agua. Van, por el simple hecho de que es agua, tratan de beberla y así, muchas personas están hoy en día en cuanto a sus problemas, tratan de forma desesperada resolverlos y entonces van y buscan beber de un agua que puede ser todavía más peligrosa.

Por ejemplo, hay mujeres que por sus vacíos, por sus problemas emocionales, por sus dolores en el alma que han venido acarreando durante muchos años, a lo mejor desde su infancia, su adolescencia o de la traición de su primer matrimonio, de que cuando tenían 25 o 26 años y ahora estas mujeres tienen 40 o 50 años y es una sed desesperante, que tratan de calmarla y no se dan cuenta, pero inconscientemente se van a la fuente incorrecta, es decir, tratan de aliviar sus problemas yéndose de compras, van a las tiendas, compran, calman su sed por un momento, calman su desesperación, su angustia, su tristeza o su dolor, su sufrimiento interno, tratan de calmarlo por medio de compras.

Les ha funcionado porque cuando las mujeres van y hacen compras, entonces segregan dopamina en el cerebro y esa dopamina por lo menos por 10 minutos, les da placer, les da felicidad, les da alegría, les da tranquilidad, les da descanso, pero una vez que llegan a casa con los vestidos nuevos, los zapatos nuevos, entonces la dopamina se terminó y se dieron cuenta que vuelven a tener más sed. ¿Por qué razón? Porque fueron a saciarse en la fuente incorrecta.

El Señor Jesucristo en alguna ocasión se encontró con una mujer, la cual había tratado desesperadamente de calmar sus dolores, su sufrimiento emocional e interno, esas heridas que desde pequeña tenía y que trataba ella de aliviarlas en la fuente incorrecta que era el amor de los hombres.

Ya había tenido un marido y otros maridos, Jesucristo le pregunta y le dice: – ¿Dónde está tu esposo?, y ella le dice Señor, no tengo esposo, y Él le contesta – Bien has dicho, porque la persona con la que estás no es tu esposo, y con los que estuviste anteriormente tampoco eran tus esposos.

Esta mujer había tratado de saciar su sed por medio del amor de los hombres, y así las personas en general, al descubrir que tenemos muchas heridas emocionales, mucho sufrimiento interno desde nuestra infancia por el abuso de nuestros padres, la disciplina exagerada, por el abandono de uno de ellos, por el trauma de no haber tenido suplidas nuestras necesidades, hoy que somos adultos y crecemos, vamos a fuentes incorrectas.

Los hombres buscan la pornografía para sentirse campeones, para sentirse conquistadores, para sentirse dominadores, y ahí, en esa fuente incorrecta, buscan saciar su sed. Los jóvenes buscan la fuente más incorrecta que es las drogas, los vicios, y así algunos adultos se fueron a buscar las riquezas, el dinero y ganan mucho dinero, pero regresan a casa después de trabajar, perdiendo su vida, su familia, el tiempo más precioso con sus hijos y se dan cuenta de que siguen vacíos, que esa fuente incorrecta no les sació.

El Señor Jesucristo, cuando se encontró con esta mujer, le dijo algo bien importante: – Yo tengo agua para darte de beber, pero esta agua te va a saciar, te va a sanar tus heridas emocionales, te va a sanar tu interior; y esta mujer le hace una pregunta y le dice: – ¿Te crees superior, a los patriarcas?, ¿crees que del agua que tú tienes es mejor, que la que ellos bebieron? Él era la fuente correcta y decía: – El que beba del agua que yo le doy, jamás volverá a tener sed.

¿Te digo algo?, desde que me acerqué a la fuente correcta, jamás me ha vuelto a dar sed, no tengo sed de buscar fama, de buscar dinero, no tengo sed de buscar mujeres; no tengo sed de buscar absolutamente nada, porque encontré la fuente correcta que fue el Señor Jesucristo. Y tú me dirás que también conoces del Señor pero sigues teniendo sed, ¿Qué pasa contigo? Es probable que conociste el Señor Jesucristo como Salvador, pero a lo mejor no lo has conocido como el sanador, Él dice que vino a sanar a los quebrantados de corazón.

Hay heridas más graves y más fuertes que arrastran a las personas a fuentes alternas, que son las heridas del corazón, y por eso si tú has conocido al Señor Jesucristo solamente como salvador, es un buen inicio, es un buen comienzo, es un buen paso, pero ahora quiero que lo conozcas como el sanador, el que liberta.

Por esa razón es que en dos semanas, vamos ya a dar inicio a las diez técnicas, las diez herramientas de la sanidad, según Jesús y según la Biblia. Y te las voy a estar enseñando de forma directa, para que la apliques en tu vida, para que dejes de estar buscando fuentes alternas.

Hay quienes buscaron en el ocultismo, el horóscopo y que les digan qué les depara el futuro para tener un poquito de paz, se fueron una a una a un estanque sucio, se fueron a una fuente alterna cuando tenían que haber venido el Señor Jesucristo. Hay quienes están en la fuente alterna de las compras, otros de la pornografía, otros buscando el dinero, otros buscando la fama.

Todos están en fuentes alternas pero, el Señor Jesucristo dijo: – El que beba del agua que yo le doy, nunca más volverá a tener sed. Si tú has venido teniendo sed, no te preocupes, acéptalo, es normal. Yo un día, hace cuatro años, tuve que aceptar que seguía teniendo sed aún a pesar de estar predicando por doce años el evangelio, seguía teniendo sed, hasta que encontré y conocí al Jesucristo sanador, no solo al Salvador.

ORACIÓN

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo, hoy te damos las gracias por la oportunidad que nos das de conocer tú palabra. Señor, aprendimos que tú eres la única fuente correcta, y reconocemos que hemos ido a beber a otros estanques que solamente nos han traído más y más sed, porque no pudieron saciarnos.

Dios, hay muchas personas que están así, buscando fuentes alternas y hoy a estas personas las entrego en tus manos. También quiero pedirte especialmente por esa persona que solo te había conocido como Salvador, le presentaron al Jesús Salvador, pero no le mostraron al Jesús sanador, al Jesús libertador.

Señor permite que ahora esta persona pueda ir al siguiente nivel de su vida a conocerte de forma más profunda, a ir a aguas más profundas, y así esta persona pueda sanar su corazón, su alma, sus heridas, su sufrimiento interno que lo arrastra a buscar fuentes incorrectas.

Dios amado, hoy bendigo a cada persona que está que por medio de El Devocional leyendo el mensaje de tu palabra y especialmente desde hoy pongo el nombre de cada persona que se está registrando con la inquietud, de tomar estas 10 herramientas de la sanidad según están escritas en tu Palabra.

Dios, hoy te doy gracias en el nombre de Jesucristo de Nazaret.

Amen y amen.

𝑫𝑬𝑽𝑶𝑪𝑰𝑶𝑵𝑨𝑳: LA FUENTE CORRECTA

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