Filipenses 3:7 (NTV) Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho.

El apóstol Pablo es quien está escribiendo esta carta. Él mismo dice en versículos antes que tendría mucho por estar orgulloso, ya que pertenecía a una tribu importante, tuvo los mejores estudios, una buena posición económica, es decir, fue una persona de autoridad. 

Sin embargo, él mismo dice que todo eso no vale nada, no se compara con lo que recibió de Cristo. Este personaje que está escribiendo, tenía, probablemente, entre 70 y 80 años, y terminó dándose cuenta de que, lo que para muchos es importante, para él no era importante. Lo que muchos persiguen y buscan él ya lo había obtenido, pero eso no lo hizo sentir completo. 

Todo lo contrario, él desechó todo eso, porque no se comparaba con lo que recibió de Cristo. Te digo esto porque muchas veces nos toca llegar hasta los 70 u 80 años para descubrir eso, pero qué dolor y qué tristeza que hoy en día las personas pierdan su vida buscando posiciones de poder, tratando de demostrar que son alguien.

Cuántas personas hemos conocido que con tal de conseguir una posición económica y una “buena” reputación, se desgastaron, algunos perdieron la salud, otros perdieron a sus hijos, porque no tenían tiempo para ellos, otros perdieron su matrimonio o su familia completa, solo con el objetivo de alcanzar algo que después descubrieron que no valía la pena.  

¿Para qué demostrar todo eso? Esto es pura vanidad. El apóstol Pablo descubrió que había valido la pena encontrar la verdadera riqueza, Cristo. Filipenses 3:7-9 Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo y llegar a ser uno con él.

No hay que esperar a llegar tan tarde en la vida para descubrir lo que este personaje nos recomienda, de qué sirve alcanzar cierta posición en la sociedad o cierto poder económico si no tienes a Cristo. De nada sirve si no estás cumpliendo con el objetivo que tiene Dios para tu vida.

Esto no es un llamado a vivir en austeridad, ni mucho menos te estoy incitando a dejar tu vida y convertirte en un monje. Hay que hacer un balance, no te desvivas por una posición económica, porque cuando tengas 70 u 80 años ya no lo considerarás importante. Vale más estar dentro del corazón de Cristo.     

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te agradecemos por la oportunidad que nos das de leer tu Palabra y porque Ella siempre está guiándonos y corrigiéndonos en el momento oportuno. 

Gracias por orientarnos a tiempo, hoy que tenemos todavía la edad y la juventud para valorar los verdaderos tesoros en la vida, muchas veces hemos puesto nuestra mirada en cosas pasajeras o efímeras, que hoy están y mañana igual.

Señor, hoy reconocemos que el apóstol Pablo tenía tanta verdad inspirado por el Espíritu Santo cuando dijo, todo lo que he logrado, todo lo que he ganado lo considero basura, es nada comparado al valor de tener a Cristo, mi Dios, te pido para que me ayudes a hacer un balance, reconociendo que tiene más valor ser un fiel seguidor de Cristo y servirlo a Él.  

En el nombre de Jesús de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!