Alfa 103.9FM
Una Seรฑal Celestial

๐‘ซ๐‘ฌ๐‘ฝ๐‘ถ๐‘ช๐‘ฐ๐‘ถ๐‘ต๐‘จ๐‘ณ: LOS OJOS DE JESรšS

Una de las cosas en que debería de cambiar es en la manera en cómo vemos a los demás, ¿cómo estamos mirando y observando a los demás? ¿Con los ojos como los veíamos con la carne? ¿O con los ojos de Jesús? 

 

O sea, ya no deberíamos de conocer a las personas, como los conocíamos antes según nuestra carne, sino que deberíamos de conocerlos, de mirarlos, de observarlos y de analizarlos según los ojos de Jesús o con los ojos de Jesús.

 

Por eso yo quiero que tú le pidas a Dios que te ayude a tener la visión que Él tiene, la visión eterna del mundo. Su visión de la humanidad es rigurosamente simple, sí, bien sencilla y desde la perspectiva de Dios, toda persona está o una de dos, o entrando por la puerta estrecha o por la puerta ancha. 

 

Es decir, hay unos que van rumbo al cielo o que van rumbo al infierno, y eso es lo que Dios mira, lo que Dios observa es simple, no hay otro tipo de categoría; ante los ojos de Jesús están los que son salvos y los que están perdidos. 

 

Sin embargo, nuestros ojos tienen varias categorías para las personas, nuestros ojos tienen varias columnas de calificación para las personas, cuando vemos a una persona, por ejemplo, muchas de nuestras columnas que vemos para analizarlas y que son totalmente innecesarias y que Jesús no las tiene, es por ejemplo cuando decimos ¿a ver, es rico o es pobre? ¿Es ella bonita o es feo él? ¿Qué tipo de trabajo hace? ¿Es un profesional o es un obrero? 

 

 

Es decir, no deberíamos de estar viendo según nuestra naturaleza carnal, sino con la mirada de Jesús, con la visión de la que Él tiene acerca del mundo y de las personas. Tener un corazón como el de Dios es mirar el rostro de los que son salvos y regocijarse porque son salvos, independientemente si nos caen bien o no nos caen bien, si son salvos, nos debemos regocijar, alegrar, si es rico o es pobre, deberíamos de sentirnos regocijaos, alegres, contentos, porque la persona es salva.

 

Por eso deberíamos de regocijarnos a solamente una tumba de distancia, tener el corazón de Jesús es cuando nosotros, por ejemplo, vemos el rostro de los perdidos y empezamos a orar por ellos para que alcancen la salvación y empezar a clamar a Dios y decirle, ‘Señor, esta persona todavía no te conoce, esta persona necesita rendir su vida a tus pies, esta persona debería de entregarse completamente a la oración o a la Palabra de Dios y rendir su vida y su familia a tu vida, a ti Dios mío’.

 

Entonces, tener el corazón de Jesús o con la mirada de Él significa que cuando vemos a una persona identificamos si ya el carácter de Cristo está en ella o si todavía no está en ella, para poder orar, para poder interceder, para poder tener compasión de ella. 

 

Las personas que todavía no son salvas, están a una tumba de distancia del tormento eterno y eso es algo que lastima tanto el corazón de Jesús, por eso yo hoy quiero que con los ojos de Dios empieces a ver a las personas de una manera totalmente diferente.

 

Yo quiero que, a partir de ahora, empieces a ver a las personas, ya no con todas las categorías con las que tú las veías, con todos los análisis que tú hacías de las personas. Si es joven o no es joven, si es de color blanco o de color oscuro, si es universitario, tiene un título universitario o no estudió, si es profesional, si es obrero, yo quiero que se quiten esas categorías de su mirada y que aprendan a ver con los ojos de Jesús.

 

ORACIÓN

 

 

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, hoy quiero darte las gracias por esta oportunidad que nos has dado de hablar de tu palabra, y aquella palabra donde nos dice que de aquí en adelante a nadie conocemos, a nadie conocemos según la carne, sino que debemos de tener los ojos tuyos con los ojos tuyos, con la mirada tuya. 

 

Danos compasión por aquellas personas que todavía no han ordenado su vida, danos compasión por aquellas personas que todavía les hace falta rendirse totalmente a tus pies, danos compasión por aquellas personas que van caminando por la puerta ancha, por la puerta fácil de esta vida. 

 

Dios amado, ante tus ojos no hay categorías, ante tus ojos hay los que son salvos y los que todavía están perdidos. Y no hay más categoría, no hay ricos, no hay pobres, no hay blancos, no hay negros, no hay edad avanzada, Jóvenes, no Señor, ante ti, o son salvos, o van camino a la perdición.

 

Yo te pido que nos des la compasión, por las personas, para hablarles de tu Palabra, para anunciarles, Señor, que es conveniente tenerte de nuestro lado y que hay consecuencias de estar alejado de ti, hay consecuencias cada que estamos tan lejos de ti Señor Jesús.

 

Señor, hoy oro por esa persona, y te pido les des fuerzas nuevas, porque he puesto como pastor, me has puesto, Señor, esa compasión por ellos y puedo ver rostros, rostros de personas que están allí, que se alejaron de tu presencia y que ahora viven las consecuencias, pero que no tienen las fuerzas para volver.

 

Hoy oró por ellos Señor, con compasión, para que ellos vuelvan al camino correcto, Señor amado, para que ellos puedan llegar a esa vida eterna que tú has planeado para ellos.

 

Dios amado, hoy los entrego en tus manos y los bendigo.

 

En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret.

 

Amén y amén

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