2 Corintios 12:9 (NTV) Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad».

He puesto este título, porque muchas veces las personas cuando enfrentan una situación o un problema y lo llaman montaña y esto es así, porque en cierta ocasión, Jesucristo dijo que, con un poco de fe es suficiente para pedirle a una montaña que se mueva y esta se moverá. Y desde ese momento muchas personas dicen que se encuentran en una montaña, cuando enfrentan un momento de dificultad.

Sin embargo, esas dificultades de la vida, hay muchas en las que nosotros podemos escalar y superar por nuestro propio esfuerzo, hay muchas que, solo esmerándonos un poco más de lo normal, las podremos pasar por el otro lado, pero, hay otras que no las podremos escalar, por más esfuerzo que hagamos.

Esos problemas o esas dificultades, solo se pueden resolver por medio de la oración, no hay otra manera, no hay esfuerzo humano que pueda ayudarnos a escalar esas montañas de dificultades, estas yo las llamo Montañas Celestiales y ese tipo de montañas, fueron reservadas para solamente reservarlas por medio de la oración.

Por ejemplo, algunas montañas humanas que enfrentamos pueden ser bajar de peso, si alguien está ante la montaña del sobrepeso, es una que se puede escalar con el esfuerzo humano, haciendo una dieta, ejercicio, etc. Y no necesitas tanta oración, es más, ese tipo de montaña la puede escalar una persona que no es creyente. 

Pero las montañas celestiales de las que yo hablo el día de hoy son esas que no se pueden conquistar si no es por medio de la oración, por ejemplo, una enfermedad que aparece y amenaza con quedarse en el cuerpo; ese tipo de dificultades, no le llamo celestiales porque sean bonitas o agradables, les pongo esa categoría para que tú puedas identificar cuáles que sólo puedes resolver es por medio de la oración rindiéndose a los pies de Dios.

Es a través de esas dificultades por la que Dios nos atrae, yo soy un claro ejemplo de eso, cuando tenía 20 años nació mi hija, con una dificultad en la salud e identifique de inmediato, sin clases de teología, que esa era una montaña que no podría lograr por más que me esfuerce y acudí a la única forma de sobrepasar, me humille ante Dios, lloré, asiste a la iglesia y empecé a leer la Biblia, porque sabía que era una montaña celestial.

Finalmente conquistamos y pasamos adelante y después de 20 años aquí seguimos, aprendiendo a identificar cuándo una montaña es una celestial que no puede resolverse por esfuerzo humano, sino que es una que solamente puede ser conquistada por medio de la oración.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús queremos darte las gracias por esta oportunidad que nos das.

Señor, hoy aprendimos que hay ciertas dificultades que las vamos a vencer sí solo ponemos un poco más de nuestro esmero, pero hay algunas otras que las destinaste para solo ser conquistadas por medio de la oración, ayúdanos a identificarlas para que nuestro esfuerzo sea enfocado de manera correcta.

En el nombre de Jesús.

Amén y amén.

¡Bendiciones!