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Una Seรฑal Celestial

๐‘ซ๐‘ฌ๐‘ฝ๐‘ถ๐‘ช๐‘ฐ๐‘ถ๐‘ต๐‘จ๐‘ณ:ยฟPOR QUร‰ SEGUIMOS ENFERMOS?

Salmos 30:2 NTV
 
Oh Señor mi Dios, clamé a ti por ayuda, y me devolviste la salud.
 
Qué versículo más corto, más lindo y más esperanzador. 
 
La Biblia continuamente nos enseña que Él tiene todo el poder para sanarnos y en el día de hoy no quiero enfocarme a las sanidades físicas del cuerpo, quiero enfocarme en las heridas más graves que los seres humanos tienen; son las heridas internas, son las heridas emocionales. De alguna manera, heridas, golpes, sufrimientos internos que están por años en ese lugar, en ese cuerpo y que no se mira físicamente hablando, pero se nota en la actitud de las personas.
 
Así que, la pregunta que te hago, por qué si Dios tiene el poder para sanar, por qué si él dijo que venía a sanar a los quebrantados de corazón, porque si el Salmo 30:2 dice: Oh Señor mi Dios, clamé a ti por ayuda, y me devolviste la salud. Entonces, ¿por qué, seguimos todavía enfermos de algunas áreas de nuestra vida? La razón es, porque hay muchas personas que buscan de forma incorrecta en la raíz o la causa de la enfermedad.
 
Te pongo un ejemplo, pensemos en un señor de 50 años de edad, un varón que aparentemente todo está saludable y de repente empieza a tener un dolor en la mandíbula y esos dolores se hacen más intensos. ¿Qué es lo primero que la persona piensa? y dice: –Wow,  mi dentadura seguramente ya está afectándose.
 
Entonces el señor va a un dentista para que le revisen la dentadura, pero el dentista le dice: –Señor, su dentadura está bien, no tiene ningún problema. Así exactamente sucede muchas veces, con las heridas del alma; pensamos o les atribuimos una causa, una razón, pensamos que si nos duele la mandíbula, tenemos que ir al dentista, cuando en realidad el dolor de mandíbula es un síntoma previo a un infarto, a un paro cardíaco. 
 
Cuando te pongo el ejemplo de este hombre de 50 años que siente dolores en la mandíbula, lo último que él piensa es que su corazón está dañado, que su corazón está grave; eso es lo último que él piensa y se va por las ramas, en lugar de irse a la raíz, a lo que está originando ese dolor en las mandíbulas.
 
Exactamente sucede lo mismo con las heridas emocionales, las heridas internas. Las personas manifiestan odio y empiezan sin darse cuenta a odiar; odian todo lo que sucede a su alrededor, odian a cualquier persona que manifiesta un poquito de alegría a su alrededor, lo odian y de pronto, cuando caen en cuenta se preguntan: – ¿Pero por qué me molesta que esta persona sea feliz?, ¿por qué me molesta que esta persona esté alegre? 
 
Y entonces se van por las ramitas dicen: ‘Es que seguramente es porque algo me hizo’. No, no es porque la persona es prepotente, no es porque la persona exhibe en sus redes sociales, se está yendo por las ramas.
 
En la medicina, cuando una persona va a tratar un síntoma sin ir a la raíz se le conoce esto como dolor referido. El dolor referido es que hay un dolor que está viniendo referido de otra parte del cuerpo y se está manifestando en otro lugar; lo mismo es con las heridas emocionales, el odio, el pensar que al que estoy odiando merece ser odiado porque es prepotente y porque exhibe todo en sus redes sociales. Eso es un dolor diferido, porque en realidad estoy odiando, no porque sea prepotente ni porque exhiba todo en sus redes sociales.
 
¿Quién no exhibe todo en redes sociales hoy? Sin embargo, estoy odiando porque en mi interior algo sucedió en mi infancia. Algo me pasó cuando era pequeño el abandono de mi padre, la poca provisión que tuvimos. De alguna manera me hace crecer con resentimiento hacia la vida, porque yo no tuve las mismas oportunidades, por a mí no me fue bien, porque yo no pude tener mejor ropa, una mejor casa, 
 
Entonces esa raíz, se empieza a manifestar con dolores diferidos en otras partes de nuestra vida o en otras áreas. En el día de hoy quiero dejarlos con algo bien importante; si tú tratas la raíz de tus problemas, los podrás arrancar por completo de tu vida. Dios tiene el poder para hacerlo, pero si solamente te vas por las ramas, continuarás arrastrando ese mismo problema por años e incluso hasta que partas de la tierra.
 
Yo siempre lo he dicho; hay personas que han conocido a Jesucristo como el Salvador y eso es bueno porque vamos para el cielo, pero ¿de qué sirve ser cristianos amargados?, ¿de qué sirve ser cristianos salvos odiando a los demás?, ¿de qué sirve ser cristianos salvos que van al cielo, pero con envidias, con rencores, con amargura en nuestro rostro? Eso no sirve de nada. 
 
Que esta palabra, se haga una realidad en tu vida, y para que esto suceda, tienes que aceptar que tus dolores internos y emocionales tienen una raíz y que si tú le permites a Dios llegar a esa raíz, Él la puede arrancar, pero mientras te estés yendo por las ramas poniendo la excusa que ‘Ay esa persona merece ser odiada porque es prepotente, porque todo lo exhibe en sus redes sociales’. Entonces, tienes un problema, no estás permitiendo a Dios que él pueda llegar a la raíz del asunto.
 
ORACIÓN
 
Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, conforme a lo que aprendimos de tu Palabra en el día de hoy, queremos pedirte y autorizarte que puedas profundizar hasta donde están las raíces que provocan nuestros, nuestros dolores, nuestras envidias, nuestros odios, resentimientos, nuestras amarguras. 
 
Señor, ya no queremos seguir poniendo excusas baratas donde siempre decimos es que ‘esa persona merece ser odiada’, ‘esa persona merece castigo’, ‘esa persona merece que le vaya mal’; Dios mío, en realidad queremos que vayas tú a la raíz del problema.
 
Sanamos, haz de esta frase que está escrita en tu Biblia, una realidad en cada una de las personas que estamos participando de este devocional. Gracias por tu palabra, gracias por guiarnos y enseñarnos, gracias Señor, por siempre dar lo mejor para nosotros. 
 
Oramos en el nombre de Jesucristo de Nazaret. 

Amén y amén.

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