Déjame contarte una historia para que entiendas en qué consiste la idea de tender puentes. En alguna ocasión había unos vecinos que eran campesinos y que estaban separados el uno al otro por un gran barranco; ellos no se llevaban muy bien.

Tanto fue así, que, aunque estaban separados por un barranco, el uno y el otro decidieron construir un cerco para que no se pudieran mirar el uno al otro. Sin embargo, sus hijos, el hijo de uno y la hija del otro, se enamoraron. Entonces, cuando crecieron, ellos decidieron derribar las murallas que habían construido sus padres o los cercos, de utilizar toda esa madera para construir un puente y de esa manera poder pasar y verse.

Yo sé que esta historia no es real, es solamente ficción y además nos sirve para ilustrar algo muy importante. Lo que a nosotros nos separa de nuestro Dios, es precisamente nuestro pecado, nos tiene aislados de Él, nos hace levantar muros o murallas; cuando practicamos pecado y lo ocultamos, lo hacemos a escondidas, pensando que Dios no se da cuenta, pensando que nadie más se va a dar cuenta o que nadie nos va a descubrir.

Estamos actuando como estos campesinos ilusos, que se aislaban y que levantan muros pensando en que estaban haciendo lo correcto. Sin embargo, la Biblia enseña muy claramente en el Salmo 32:5 ‘Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al Señor», ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció.’

Cuando nosotros ocultamos nuestros pecados o nos aislamos y nos escondemos pensando que nadie se da cuenta de ellos y lo mantenemos en secreto, en oculto en nuestro interior, es exactamente la misma acción que hizo un campesino levantar un muro, levantar una muralla, levantar una cerca para aislarnos de Dios o alejarnos de Dios. 

¿Qué deberíamos de hacer? La propuesta en este día es totalmente diferente, es derriba las murallas, derriba los cercos y utiliza esa madera y traza un puente para que puedas acercarte a Dios y estar nuevamente cerca de Él; la única manera de trazar ese puente es cuando tú derribaste sus murallas, cuando tú decides reconocer y confesar tus pecados delante de Dios.

Pero cuando confesamos, reconocemos y nos arrepentimos, entonces estamos tendiendo puentes.

ORACIÓN

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo y de Nazaret, en el día de hoy invocamos tu presencia, también queremos agradecerte por cada uno de estos días que nos das, especialmente el día de hoy.

Señor, queremos también agradecerte por tu palabra, porque nuestros guías nos instruyen si nos enseñas. Y finalmente queremos agradecerte porque específicamente en el día de hoy nos enseñaste que cuando practicamos el pecado y lo ocultamos y no lo abrimos ni lo confesamos, es equivalente a levantar muros, a levantar cercos, a levantar murallas que nos separan y nos alejan de tu presencia.

Pero el día de hoy , queremos reconocer nuestras culpas. Ya no vamos a ocultar nuestra culpa, ya no vamos a ocultar nuestros errores, ya no vamos a ocultar nuestras rebeliones, vamos a aceptar y a reconocer esas fallas para que así se derriben los muros y podamos construir un puente que nos lleve a tu presencia. 

Señor amado, la confesión, el hecho de reconocer nuestra maldad, es lo único que puede acercarnos a tu presencia

De esta manera, bendigo a cada persona que está que, por medio de El Devocional, están leyendo el mensaje de tu palabra, pero sobre todo te pido que en ellos haya el sentir de abrirse totalmente a Ti y derribar de esa manera los muros que ellos mismos han levantado, que ninguno de ellos siga ocultando sus culpas, ocultando su responsabilidad delante de ti, que ninguno de ellos siga ocultando lo que ha hecho.

Padre, los entrego en tus manos y los bendigo en el nombre de Jesucristo de Nazaret. 

Amén y amén.