Voy a citar lo que algún día un padre de familia escribió, ‘cuando los sentimientos de mi hija están heridos, le digo que ella es muy especial para mí, cuando mi hija está lastimada, hago lo que sea para que se sienta mejor, cuando mi hija tiene miedo, no me duermo hasta que sienta segura. No soy un héroe, soy un padre y cuando un hijo siente dolor hacemos lo que nos nace, ayudar, consolar, proteger, brindar seguridad. Por qué no permito que mi Padre Celestial haga por mí, lo que estoy más que dispuesto hacer por mis propios hijos.’

Cuando él dice que estaba dispuesto hacer lo que fuera necesario para que su hija pueda estar levantada en ánimo, fortalecida, dispuesta, y si nosotros como seres humanos estamos dispuestos hacer este tipo de cosa, imagínense lo que nuestro Padre Celestial está dispuesto hacer, pero muchas veces pensamos que está muy lejos de nosotros y no puede ayudarnos porque está ocupado.

En muchas ocasiones, el problema no trasciende en qué no es que Él no haga nada por nosotros, sino no permitimos que Dios obre para con nosotros.

Qué pasaría si nos acercamos a nuestros hijos para consolarlos y ayudarlos en momentos de desánimo y nos dicen, ‘papi, déjame dormir, vete de mi cuarto’. El padre no podría cumplir con su función principal y muchas veces es lo que pasa con nuestro Señor Jesucristo. Cuando estamos heridos, nos aislamos y no buscamos la presencia de Dios.

No tenemos un Dios que está a la espera que te equivoques y te manda al infierno o un castigo, ese no es el Padre que nos enseña la Biblia, ella nos enseña sobre un Dios que ama, que protege, uno que es compasivo, vela por todos sus hijos sin importar las consecuencias. 

2 corintios 1:4 NTV, ‘Quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.’

Tenemos que aprender a ser padres, no enseñando a criticar, rechazar, maltratar u ofender, tenemos que saber que Dios está a nuestro lado, si hay algo que te intimida, tú Padre Celestial está ahí junto a ti, respaldándote en cualquier momento.

ORACIÓN:

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, hoy te damos las gracias por un día más de vida y por permitirnos conocer un poco más te Tú maravillosa palabra. 

Dios Amado, hoy entendimos que no debemos esconder el dolor, haciendo como si nada, los que más han sido lastimados, no esperaban que nadie les diera la espalda, pero asi te pasó a Ti, mi Señor.

Gracias por ser un Padre compasivo, que siempre estará con nosotros sin importar las circunstancias, porque estas con nosotros para respaldarnos, porque no eres un padre que nos juzga o espera para castigarnos.

En el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.