Efesios 6:20 (NTV) Ahora estoy encadenado, pero sigo predicando este mensaje como embajador de Dios. Así que pidan en oración que yo siga hablando de él con valentía, como debo hacerlo.

Un Precio Alto a Pagar, este es el mismo desafío que enfrentó el apóstol Pablo, quien escribió esta carta mientras estaba encarcelado. A pesar de estar encadenado, él seguía considerándose un embajador de Dios. La degradación humana de ser prisionero no le quitaba el privilegio de representar a Cristo en la tierra y ser un embajador del reino de los cielos.

Pablo entendía que, aunque el precio que pagaba era alto, su misión de ser un representante de Cristo valía la pena. A diferencia de muchos, él no se preocupó por tener hijos biológicos ni por su futuro, sino que se dedicó a una causa mayor: predicar el evangelio. 

Esta misión específica refleja un principio importante: siempre hay un precio alto cuando se busca algo de gran valor. Cuanto mayor sea el objetivo, mayor será el precio a pagar.

Por ejemplo, yo he decidido que quiero vivir hasta los 100 años con buena salud. Para lograrlo, debo sacrificar comidas chatarra y mantenerme activo, entre otros esfuerzos. Lo mismo ocurre con cualquier objetivo que tengas. Sea cual sea tu meta, debes estar dispuesto a pagar el precio necesario para alcanzarla.

Querido, te animo a que definas las áreas en las que deseas superarte y crecer. Prioriza tu desarrollo espiritual, tu relación con Dios y tu fe. Compite contigo mismo para estar en un nivel superior al del año pasado. Si logras un crecimiento espiritual genuino, en todas las demás áreas avanzarás. 

ORACIÓN 

Señor Jesús, en el nombre de Jesús hoy nos has recordado que hay un alto precio por pagar en cualquier área en la que queramos desarrollarnos, especialmente en nuestra vida espiritual. 

Te pido que podamos pagar ese precio, dejando de lado distracciones, vicios y emociones destructivas, para poder crecer en ti. 

En el nombre de Jesucristo de Nazaret. 

Amén y amén.

¡Bendiciones!