Alfa 103.9FM
Una Seรฑal Celestial

๐‘ซ๐’†๐’—๐’๐’„๐’Š๐’๐’๐’‚๐’: Vida de Servicio

Eso es precisamente lo que nosotros deberíamos de considerar de nuestra propia vida; sé que sea ésta una vida de servicio para el Reino de los Cielos, que sea nuestra vida, una vida de entrega, de servicio al Padre Celestial, Aquel que dio la vida por cada uno de nosotros, Aquel que un día, tomando la Última Cena con sus discípulos, un jueves por la noche, tomó también una toalla y comenzó a lavar los pies de los discípulos.

 

Aquellos que no les cabía en la cabeza el hecho de que el Maestro, el Dios del universo, se tomará el tiempo de tomar una toalla y lavarle los pies y limpiarlos y secar los con una toalla, porque era la toalla del servicio. 

 

Con esto quiero que cada uno de ustedes lo entienda y se vea de esta manera, Dios nos ha enrolado en su armada y nos ha colocado en su buque. La embarcación tiene un propósito, llevarnos sanos y salvos a la otra orilla, estamos de este lado y tenemos que pasar a la otra orilla, a la vida eterna, a la siguiente vida, a la verdadera vida, como le quieras llamar; este no es un barco de paseo en el que hemos sido llamados o al que hemos sido subidos, sino que es un buque de guerra.

 

No nos ha llamado a una vida de placeres, sino a una vida de servicio. Todos tenemos una tarea diferente y algunos, deberían de estar preocupados por los que se ahogan y estar sacando a las personas del agua, otros se ocupan del enemigo, de tratar de retenerlo, de tratar de que no avance más y otros manejan los cañones de la oración, y empiezan a disparar, hacer guerra espiritual, empiezan a de alguna manera a interceder, a manejar la oración con fines de guerra, de guerra espiritual, de choque entre el bien y el mal.

 

 

Otros se dedican a alimentar y adiestrar a los miembros de la misma tribulación, ellos están distribuyendo los alimentos, la comida de alguna manera, sirviendo para que los que están al frente de la batalla no se cansen, tengan alimentación, tengan sustento y aun, cuando todos somos diferentes al mismo tiempo somos iguales, porque todos pueden hablar de un encuentro personal con el capitán de este buque, porque todos han recibido una llamada personal, todos le seguimos por la pasarela de su gracia hacia la misma embarcación.

 

Hay un solo capitán y un único destino. La batalla es feroz, pero el buque está seguro, porque nuestro capitán es Dios, el buque nunca se hundirá; de eso no hay, pero ninguna preocupación y ninguna duda. Todo aquel que es llamado a ser enrolado al ejército y subirse a la embarcación al buque de guerra, de nuestro Señor Jesucristo, donde Él es el capitán, todos tenemos la certeza y la seguridad de que llegaremos a la siguiente orilla o a la próxima parada, o del otro lado, o a la vida eterna.

 

Lo único que tenemos es que, al estar aquí arriba, una asignación se nos ha dado. Algunos predicamos, algunos enseñamos, adoramos, oramos, servimos, llamamos, animamos, otros rescatamos a las personas que se están hundiendo, a los que cayeron del buque, sacándolos del agua porque cayeron, otros que recibieron alguna herida de parte del enemigo, hay otros que están sanando a esas personas, hay otros que están curando sus heridas, vendando sus heridas restaurando sus heridas, hay de todo dentro de este buque.

 

ORACIÓN

 

 

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, Hoy quiero darte las gracias por la oportunidad que nos das de estar aquí escuchando tu Palabra y alimentándonos de parte de ella. 

 

Señor, tú eres el pan de vida que nos nutre, y que nos dijiste por muchas ocasiones que no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de tu boca; hoy, esta palabra nos sustenta, hoy esta palabra nos alimenta, nos nutre, nos fortalece, nos levanta.

 

En este día, en especial mi Padre, quiero orar por esa persona que ya fue enrolado en el ejército Señor, que ya recibió el llamado, que ya es parte de los nuestros, que es parte de los salvos, pero que todavía tal vez no ha descubierto su llamado, todavía no ha descubierto el lugar donde va a servir dentro de este buque, dentro de este reino tuyo.

 

 Hoy te pido mi poder que puedas revelarle a cada uno de ellos, cuál es el área de la asignación que les has encargado, si es el animar a otros, el rescatar a los caídos, el vendar a los heridos, el alimentar a los que están sirviendo, el participar dentro del batallón de guerra de oración, de adoración, el servir ministerialmente, financieramente, dentro de tu obra para hacer avanzar el reino tuyo.

 

En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret oremos.

 

Amén y amén. 

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