Zacarías 8:6 (NTV) El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: ahora todo esto puede parecerles imposible, a ustedes que son el pequeño remanente del pueblo de Dios. ¿Pero será imposible para mí?, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.

En este capítulo, el profeta Zacarías está transmitiendo un mensaje de parte de Dios a un pequeño remanente de judíos exiliados que anhelaban volver a Jerusalén con todo su corazón. Dios les promete: "Yo volveré a reinar en Jerusalén, porque amo esta ciudad con todo mi corazón y peleó por ella". Les asegura que los ancianos volverán a caminar con sus bastones y los niños jugarán seguros en las plazas. Dios dice: "Traeré a mi pueblo del Oriente y del Occidente, de todos lados los recogeré y los llevaré a vivir de manera segura en Jerusalén".

Dentro de este mensaje, Dios les pregunta: "Sé que para ustedes, como pequeño pueblo que queda, esto puede parecer imposible, pero ¿será imposible para mí?". Pasaron los años, y no solo se cumplió la profecía, sino que aún queda una parte por cumplirse. En 1947, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los británicos y los estadounidenses, quienes ganaron la guerra, determinaron la formación de la nación de Israel, la cual no existía hasta entonces. Los judíos estaban dispersos por todo el mundo: en Canadá, Estados Unidos, Argentina, Rusia y muchas otras partes. No tenían un territorio ni un país. Habían sido expulsados de su tierra y estaban lejos de ella.

Dios había prometido en Zacarías 8 que los haría regresar de diferentes partes de la tierra. En 1949, con la formación del Estado de Israel, los judíos comenzaron a regresar a su tierra, y hasta el día de hoy, después de más de ochenta años, siguen volviendo. Actualmente, en Israel se pueden ver ancianos caminando por las calles, niños jugando en las plazas y universidades judías formando a jóvenes. Esta profecía se ha cumplido ante nuestros ojos.

Sin embargo, aún queda una segunda parte por cumplirse. Dios dijo: "Yo reinaré en el monte Sion, en Jerusalén, y me sentaré". Esto sucederá cuando este mundo sea restaurado y el Señor Jesucristo descienda para gobernar durante el período de mil años conocido como el milenio. Durante este tiempo, no habrá muerte, dolor ni enfermedad. Viviremos en la tierra con Cristo como Rey, gobernando desde Jerusalén. Será un tiempo de paz, alegría y felicidad. Durante ese milenio, el diablo será encadenado y no habrá maldad.

Jesucristo reinará, cumpliendo el plan original que Dios tenía desde el Edén, el cual fue interrumpido por la aparición de Satanás. Sin embargo, el enemigo no logró ni logrará destruir el propósito de Dios. Jesús finalmente se sentará en Jerusalén, y nosotros viviremos en paz bajo su gobierno.

Aunque parezca imposible, Dios nos recuerda que Él lo hará. Si estás pasando por una situación difícil que parece imposible de solucionar, recuerda que Dios puede mover naciones, así que también moverá todo a tu favor.

ORACIÓN

Padre Celestial, te damos gracias porque al escuchar tu palabra encontramos esperanza. Sabemos que las dificultades que enfrentamos no son imposibles para ti. Si eres capaz de mover las naciones, cambiar gobiernos y dirigirlo todo desde el cielo, sabemos que puedes intervenir en nuestras vidas. 

Si alguien está enfrentando enfermedad, dolor emocional, traición o duelo, sabemos que para ti no hay nada imposible. Tú puedes cambiarlo todo, Señor. Hoy dejamos nuestras cargas en tus manos. Confiamos en tu poder y creemos que en ti están nuestras respuestas. Gracias por ser bueno con nosotros. 

Oramos en el nombre de Jesús de Nazaret. 

Amén y amén.

¡Bendiciones!