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Una Señal Celestial

El Devocional: Con Los Ojos Correctos

 

Mateo 9:3 (NTV) Entonces algunos de los maestros de la ley religiosa decían en su interior: «¡Es una blasfemia! ¿Acaso se cree que es Dios?».

 

¿Sabías que a Jesús lo vieron muchas personas? No solo aquellos que estaban de acuerdo con Él fueron testigos de sus obras, sino también quienes no compartían sus enseñanzas. Incluso personas con corazones endurecidos, incapaces de creer lo que veían con sus propios ojos, fueron testigos de sus milagros.

 

Algunos estaban tan cegados por su incredulidad que no podían reconocer las maravillosas obras y poderosos milagros que Jesús realizaba. En el pasaje que meditamos hoy, Jesús cruza el río, desembarca y regresa a su ciudad. En ese momento, unos hombres le llevan a su amigo paralítico para que lo sane. Jesús, al ver su fe, le dice al paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados".

 

Esta declaración provocó una fuerte reacción en los maestros de la ley religiosa, conocidos como fariseos. Aunque eran testigos oculares de los milagros de Jesús, no estaban a su favor. Buscaban cualquier excusa para acusar y señalarlo. A pesar de presenciar cómo sanaba paralíticos, mudos, cojos y liberaba a endemoniados, sus ojos no les permitían ver el milagro. Solo se enfocaban en encontrar errores, aunque Jesús no cometía ninguno.

 

Cuando Jesús perdonó los pecados del paralítico, en lugar de maravillarse y celebrar el milagro, se cuestionaron: "¿Quién se cree que es para perdonar pecados? Solo Dios puede hacerlo". Su actitud reflejaba su falta de interés por el bienestar de aquel hombre que acababa de ser sanado. Su único propósito era encontrar razones para criticar y atacar a Jesús.

 

La Biblia nos dice que algunos de los maestros de la ley pensaban en su interior: "¡Es una blasfemia! ¿Acaso se cree Dios?". Esto nos invita a reflexionar sobre cómo respondemos cuando escuchamos acerca de Jesús. Si escuchamos con oídos atentos y miramos con ojos espirituales, celebraremos la libertad de las personas. Pero si no lo hacemos, buscaremos errores, criticaremos y juzgaremos.

 

Esta actitud crítica aún persiste hoy. Por eso, es fundamental ver la obra de Jesús y su iglesia con los ojos correctos, para no alejarnos de Él como les ocurrió a los fariseos. Para concluir este devocional, te invito a reflexionar: ¿Con qué ojos estás viendo al Maestro y la obra que realiza hoy?

 

ORACIÓN

 

 

Padre Celestial, en el nombre de Jesús, te damos gracias por tu Palabra. Hoy venimos ante Ti para pedirte que elimines de nosotros todo espíritu religioso, toda actitud farisea y cualquier pensamiento crítico que no edifica. Sabemos que estas actitudes no nos acercan a Ti, sino que nos alejan.

 

Te pedimos perdón por las veces en que hemos criticado injustamente a aquellos que trabajan en Tu obra o hemos juzgado sin entender. Ayúdanos a alegrarnos con los avances de Tu Reino, a celebrar cada milagro, cada salvación, y cada corazón conquistado para Ti. Queremos reconocer que sigues obrando poderosamente, visitando congregaciones y transformando vidas.

 

Señor, líbranos de tener un corazón crítico y de cualquier pensamiento que nos aparte de Tu presencia. Permítenos verte con los ojos correctos y disfrutar de la plenitud de Tu obra. Bendice a cada persona que participa de este devocional y guía nuestros pasos para honrarte en todo.

 

Oramos en el nombre de Jesús de Nazaret.

 

Amén y amén.

 

¡Bendiciones!

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