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Una Señal Celestial

El Devocional: El Origen De Una Maldición

 

Proverbios 26:2 (RVR1960) Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa.

 

La Biblia enseña que una maldición nunca aparece por casualidad. No surge por azar ni simplemente porque alguien se la encuentre en el camino, como si se tratara de una mina escondida esperando explotar en cualquier momento. No es así. La Palabra de Dios nos muestra que toda maldición tiene una razón de ser, una raíz que la origina.

 

¿Cómo podemos identificar una maldición? Muchas veces se manifiesta en enfermedades repetitivas en una familia, vicios que pasan de generación en generación o finanzas que nunca prosperan. Eso no es normal; cuando una persona o familia nunca logra avanzar en un área de su vida, lo más probable es que esté bajo maldición.

 

La Biblia nos recuerda: “Como el gorrión en su vagar y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa”. Y justamente compara a estas aves porque ellas no vuelan sin rumbo. Tienen un punto de partida y un punto de llegada, su vuelo es planeado e intencional. Así también ocurre con las maldiciones: siempre tienen un inicio, una raíz, un origen.

 

¿De dónde provienen? Principalmente, de puertas abiertas al diablo en nuestra vida. Cuando le damos lugar al enemigo, él aprovecha esa brecha para destruirnos en el área en que le hemos dado entrada.

 

Por ejemplo, muchos abren puertas en el área de la salud, descuidando su alimentación, cayendo en excesos o en un placer desmedido por el paladar. Ese descuido abre la puerta a enfermedades que luego parecen surgir de la nada, pero que en realidad son la consecuencia de esa raíz. Lo mismo sucede con los divorcios: no ocurren de repente porque la pareja se cansó, sino porque antes hubo indiferencia, falta de comunicación, engaños o conversaciones ocultas que abrieron la puerta al enemigo y se convirtieron en la raíz de esa maldición.

 

Hace poco, en la iglesia vimos un ejemplo claro. Un joven, excelente en sus estudios y con buena conducta, de repente empezó a mostrar problemas de comportamiento, bajo rendimiento y hasta fue suspendido. A simple vista parecía inexplicable, pero luego salió a la luz que su padre llevaba años envuelto en pornografía y prostitución. Esa puerta abierta trajo consecuencias sobre su hijo.

 

Queridos, no existe maldición que aparezca sin causa. Siempre hay un origen, una raíz, un inicio. Por eso debemos cuidar nuestras acciones y no dar espacio al enemigo para destruir nuestras vidas.

 

ORACIÓN

 

 

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret te damos gracias por la oportunidad que nos das de escuchar tu Palabra y meditar en ella. Hoy comprendemos que toda maldición tiene un origen y no queremos abrir puertas al enemigo en ninguna área de nuestras vidas.

 

Señor, sabemos que tendremos pruebas y dificultades, pero queremos caminar en obediencia y santidad para que el diablo no tenga derecho sobre nuestra salud, nuestras finanzas, nuestro matrimonio ni sobre nuestros hijos.

 

Danos sabiduría para entender que todo pecado voluntario e intencional abre puertas a la destrucción. Ayúdanos a no cambiar placer por salud, placer por matrimonio, placer por años de vida ni placer por el futuro de nuestros hijos. Queremos cortar de raíz toda maldición y vivir bajo tu bendición.

 

Hoy entrego en tus manos a cada persona que participa de este devocional y los bendigo en el nombre poderoso de Jesús de Nazaret. 

 

Amén y amén.

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