- 6 Nov 2024
- Category: Devocional
El Devocional: Esperanza Bienaventurada
Juan 14:2 (NTV) En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar?
A veces, al ver los conflictos en el mundo, al enfrentar dificultades en la vida, al saber que algún familiar o amigo está pasando por un divorcio, que otro conocido enfermó de cáncer, o incluso falleció. Estas noticias, sin darnos cuenta, nos afectan profundamente. Empezamos a creer que no hay esperanza y que la vida está llena de tristeza. Algunas personas, incluso, se preparan para la calamidad, anticipan el dolor y deciden aceptarlo.
Por eso es importante recordar las promesas que Jesús nos dejó, ya que Él vino a darnos una esperanza bienaventurada.
Si bien es cierto que suceden situaciones dolorosas a nuestro alrededor, enfermedades en la familia, divorcios, niños abandonados por sus padres, amigos o conocidos que fallecen a temprana edad, esto no significa que la vida consista únicamente en sufrimiento. No, queridos, hoy vengo a decirte que esa no es la vida que Jesús nos prometió. Jesús dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."
Algunos podrían pensar que esta abundancia será en la próxima vida, pero la promesa de Jesús no solo es para el "más allá"; también es para nuestra vida aquí en la tierra. Nos dejó una esperanza de una vida de abundancia que podemos disfrutar en este mundo.
Quiero que sepas que esta esperanza no es sólo para nuestra vida presente. Jesús dijo: "En la casa de mi Padre hay espacio para absolutamente todos. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar?" Él nos ha preparado un lugar porque desea que, donde Él esté, estemos también nosotros por la eternidad.
En medio de tanta negatividad, tristeza y dolor, es vital recordar nuestras promesas y hacia dónde nos dirigimos. Podemos decirnos a nosotros mismos que estamos en un viaje. La vida, como cualquier viaje, tiene sus dificultades: si es un viaje en barco, habrá mareas; en avión, habrá turbulencias; en tren, habrá retrasos; en vehículo, habrá paradas. Pero, como todo viaje, la vida tiene un destino, y ese destino está preparado para nosotros.
Cierro recordando las palabras de Jesús en Juan 14:2: "En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar?" No olvides que Jesús fue a preparar un lugar para nosotros porque Él desea que donde Él esté, nosotros también estemos por la eternidad.
Recordar esta promesa es necesario para despertar nuestra esperanza y alejarnos de la tristeza y la derrota que, en ocasiones, enfrentamos.
ORACIÓN
Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos gracias porque Tu palabra siempre nos infunde aliento y nos llena de esperanza. En medio de tantas noticias de tristeza, dolor, enfermedad, muerte, divorcio y separación, necesitamos recordar Tus promesas.
Tu palabra es como una chispa de esperanza que nos recuerda que siempre será mayor la recompensa que lo que podamos vivir y experimentar. Nos da fuerzas para creer que las dificultades son temporales, que el dolor es pasajero, y que estamos en camino hacia un mejor futuro. Padre Celestial, coloco en Tus manos a cada persona que participa de esta oración. Llénalos de Tu paz y esperanza.
Te damos gracias, en el nombre de Jesús de Nazaret.
Amén y Amén.
¡Bendiciones!
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