Juan 6:6 (NTV) Lo estaba poniendo a prueba, porque Jesús ya sabía lo que iba a decir

Este pasaje me parece fascinante y, en cierto punto, misterioso. Se trata de aquella ocasión en la que Jesús, rodeado de una multitud que llevaba días siguiéndolo sin comer, decide probar a Felipe. Consciente de que ya era hora de alimentarse, Jesús le pregunta: “Felipe, ¿dónde podremos comprar pan para todas estas personas?”

Jesús hizo esta pregunta para poner a prueba a Felipe, aunque ya sabía cuál sería su respuesta. Felipe, con poca fe, respondió: “Aunque trabajáramos meses enteros, no tendríamos suficiente dinero para alimentar a tanta gente.” Jesús sabía lo que Felipe diría; quería escuchar lo que había en su corazón. Este momento nos muestra un principio poderoso: Jesús conoce todo de nosotros, incluso nuestras reacciones y pensamientos.

La respuesta es sí. Jesús lo sabe todo, cada pensamiento que pasa por nuestra mente. No obstante, Él nos da libre albedrío, libertad para elegir nuestras propias decisiones, sin imponer nada. Aunque Él conoce cómo reaccionaremos ante las circunstancias de la vida, nos da la libertad para decidir si nos avergonzaremos de Él o si daremos testimonio de nuestra fe en el Evangelio. Jesús nos conoce, sabe cómo responderemos, pero aun así, nos deja decidir por nosotros mismos.

Este principio me recuerda una experiencia con mis hijos en el parque. Después de una fuerte lluvia, la pista donde solemos correr y andar en bicicleta estaba mojada y resbalosa. Sabía que esa parte del camino era peligrosa, pero no impedí que mi hijo Lucas, que venía detrás de mí en bicicleta, tomará su propia decisión. Él podía elegir entre detenerse, pedir ayuda o seguir adelante. 

Al final, decidió seguirme, pero terminó resbalando y cayendo en el lodo. Sin embargo, se levantó y me preguntó: “¿Por qué hiciste que te siguiera?” Le respondí: “Yo no te dije que me siguieras; tú tomaste la decisión.” Aunque sabía que había un peligro, valoré su valentía y su deseo de superar el obstáculo. Del mismo modo, Jesús sabe los desafíos que enfrentamos, pero nos deja escoger el camino que queremos tomar.

Jesús lo hizo para poner a prueba a Felipe, ya que sabía lo que iba a hacer. La respuesta de Felipe mostró su falta de fe. Aunque Jesús ya conocía su corazón, quería hacer visible esta falta de fe.

Jesús conoce cuánto deseamos buscarlo, asistir a la iglesia y leer la Biblia. Él sabe cuánta pasión hay en nuestro interior por seguir creciendo y aprendiendo de Él. No podemos ocultarle nada, sino que debemos entregarle todo nuestro ser.

ORACIÓN

Padre Celestial, te damos gracias por esta oportunidad de acercarnos a Ti. Reconocemos, Señor, que Tú lo sabes todo. No podemos engañarte, ni impresionarte, ni fingir ser más espirituales de lo que somos. Nos presentamos ante Ti con el corazón desnudo, tal como somos. 

Gracias por estar atento a todo, como un buen Padre que, aun conociendo nuestros caminos, nos da libertad para elegir. Queremos escoger correctamente, tomar decisiones que te agraden y reflejen los ideales, valores y principios que has plantado en nuestro corazón. 

Oramos en el nombre de Jesús de Nazaret. 

Amén y amén.

¡Bendiciones!