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Una Señal Celestial

El Devocional: Mi Declaración De Fe

 

1 Juan 4:15 (NTV) Todos los que declaran que Jesús es el Hijo de Dios, Dios vive en ellos y ellos en Dios.

 

¿Cuál es la declaración de fe que tienes? En la primera carta de Juan 4:15, el apóstol dice: “Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.” Este versículo muestra que la declaración de fe no se trata únicamente de palabras, sino de una conexión profunda con Dios que transforma nuestra vida desde el interior.  

 

Quienes reconocen que Jesús es el Hijo de Dios entran en su corazón y disfrutan de su presencia. Como resultado, son capacitados para llevar fruto y prosperar en todo lo que emprenden.  

 

La declaración de fe, entonces, va más allá de lo que decimos con nuestra boca. Se trata de reflejar a Cristo en cada área de nuestra vida. En el matrimonio, por ejemplo, cuando un esposo trata a su esposa como una vasija frágil, dispuesto a sacrificarse por ella como Jesús lo hizo por Su iglesia, está declarando que Jesús es el Hijo de Dios. Asimismo, una esposa que honra y respeta a su esposo, reconociendo su posición como cabeza del hogar, también está manifestando su fe.  

 

En la paternidad, un padre que imita al Padre Celestial al ser proveedor, protector, amoroso y presente en la vida de sus hijos demuestra que su fe no es solo de palabras, sino una convicción vivida. Esta misma verdad se aplica a la forma en que manejamos nuestras finanzas. Honrar a Dios con nuestros recursos, diezmar, ofrendar, dar caridad y administrarlos según los principios bíblicos es una forma concreta de declarar que Jesús es el Hijo de Dios.  

 

Incluso en las relaciones laborales, tratar a los empleados con justicia y bondad es parte de esta declaración de fe. La manera en que vivimos cada día, en todos los aspectos de nuestra vida, debe reflejar la enseñanza de Jesús. Él mismo advirtió sobre los fariseos, diciendo: “Este pueblo de labios me honra, pero su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8). Así como ellos proclamaban su fe solo con palabras, nosotros estamos llamados a vivir una fe auténtica, visible y coherente.  

 

Quienes declaran que Jesús es el Hijo de Dios, no solo de palabra, sino con hechos, experimentan su favor y su respaldo. Sus vidas fructifican: los proyectos prosperan, las metas se alcanzan y todo lo que emprenden se multiplica. Esta prosperidad no se limita a lo material, sino que abarca el impacto positivo que tienen en su entorno y en las personas que los rodean.  

 

Vivir la fe implica que cada aspecto de nuestra vida refleje los principios de Jesús. No se trata solo de lo que decimos, sino de cómo tratamos a los demás, cómo asumimos nuestras responsabilidades y cómo vivimos día a día. Declara que Jesús es el Hijo de Dios no solo con tus palabras, sino con tu vida entera.  

 

ORACIÓN

 

 

Padre celestial, gracias por Tu palabra viva que nos llena de energía y nos impulsa a actuar conforme a Tu voluntad. Nos enseñas que declarar que Jesús es el Hijo de Dios no es un simple acto de palabras, sino un estilo de vida que refleja Tus principios.  

 

Ayúdanos a tratar a nuestras esposas e hijos con amor y respeto, a ser sabios con nuestras finanzas, a actuar con justicia en nuestro trabajo y a vivir de manera que los demás vean Tu luz a través de nosotros. Haz que nuestras acciones sean un testimonio constante de nuestra fe, para que podamos ser fructíferos, multiplicarnos y ser bendición dondequiera que estemos.  

 

Señor, queremos que otros vean Tu imagen reflejada en nosotros. Que nuestras vidas sean una evidencia clara de nuestra fe y de nuestra relación contigo. Oramos en el nombre de Jesús, confiando en Tus promesas.

 

Amén y amén.  

 

¡Bendiciones!

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