Jeremías 33:3 (NTV) Pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir.

¿Sabías que el profeta Jeremías escribió estas palabras porque Dios le dijo: "Pídeme"? El Señor le otorgó un don, una habilidad especial, un talento poderoso para clamar a Él, y a cambio, recibir revelaciones sobre lo que está por venir.

Muchas veces asociamos la profecía con eventos catastróficos del futuro. Sin embargo, en la Biblia no siempre es así. No necesariamente un profeta predecía desastres o calamidades. De hecho, el apóstol Juan habló acerca del Apocalipsis y sus eventos futuros, pero él no era un profeta. Recibió esta revelación directamente de Dios, no por su oficio, sino por Su gracia.

En cambio, en el pasaje de Jeremías, vemos a un profeta probado por Dios. El Señor le dice: "Pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes de lo que está por venir." Estos secretos no siempre están relacionados con el fin del mundo o con tragedias, sino con edificación, bendición y crecimiento. En este mismo capítulo, Dios revela a Jeremías la venida de un Rey justo, el Mesías, un mensaje de esperanza y restauración.

No necesitas ser profeta para hacer tuya esta promesa. Dios nos invita a pedirle dirección para nuestra vida. Él desea guiarnos y mostrarnos el camino correcto. Si mantenemos una relación diaria con Él, leyendo su Palabra, orando y meditando, desarrollaremos sensibilidad espiritual para comprender Su dirección.

Dios no nos guiará a través de visiones alucinantes o experiencias místicas irreales. Su guianza es práctica y clara en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, si llevas años trabajando en la misma empresa, pero sientes la inquietud de emprender, Dios puede revelarte si es el momento adecuado para hacerlo. Él te mostrará si es tiempo de cambiar de rubro, de empresa o de asociarte con alguien.

Cuando nos dejamos guiar por Dios, confiamos en que Él conoce nuestro futuro. Por eso, aprovéchate de esta promesa: "Pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes sobre lo que está por venir."

Empieza hoy mismo a decirle a Dios: Señor, quiero que me muestres, que me reveles y que me guíes. Tú que conoces mi futuro, ya sabes lo que está por suceder en mi vida. Confío en que me llevarás por el mejor camino.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos gracias por la oportunidad de conectarnos contigo a través de tu Palabra. En ella encontramos vida y verdad. Hoy nos apropiamos de esta promesa donde nos dices: "Pídeme y te enseñaré cosas grandes y ocultas que no conoces."

Señor, pedimos que nos des sensibilidad espiritual para mantenernos en comunión contigo. En esa comunión, podremos escuchar tu voz y recibir dirección para nuestro futuro. Tú conoces cada detalle de nuestra vida y tienes pensamientos de bienestar, bendición, crecimiento y prosperidad para nosotros.

Guíanos, Señor, en las decisiones más importantes. Ayúdanos a comprender los tiempos y a tomar decisiones sabias en el momento adecuado. Queremos vivir con orden delante de ti, caminando en integridad para que nos conduzcas hacia el propósito que has preparado para nosotros.

Gracias, Padre, por tu dirección. Oramos en el nombre de Jesús. 

Amén y amén.

¡Bendiciones!