Isaías 32:15 (NTV) Hasta que al fin se derrame el Espíritu sobre nosotros desde el cielo. Entonces el desierto se convertirá en campo fértil, y el campo fértil dará cosechas abundantes.

Este versículo contiene una poderosa promesa de transformación para la vida de los creyentes. Nos dice que solo cuando el Espíritu de Dios se derrame sobre nosotros, experimentaremos un cambio radical. La Palabra nos habla de un campo desierto que se convierte en un campo fértil, capaz de producir fruto en abundancia.

Muchas personas describen su vida antes de experimentar la restauración de Dios como un campo seco, lleno de soledad y sequedad, sin crecimiento ni alegría. Quienes han vivido alejados de Dios, cargando heridas, dolores y traumas del pasado, pueden identificarse con esta descripción.

Sin embargo, cuando el Espíritu Santo se derrama sobre ellos, todo cambia. Esa tierra estéril se transforma en un campo fértil.

Nuestro corazón es ese campo del que habla la Biblia, y cuando se convierte en un terreno fértil, comienza a dar frutos. Una persona que recibe sanidad interior se convierte en una vasija lista para contener la presencia del Espíritu Santo. Entonces, el corazón se llena de gozo, amor, paciencia, bondad, benignidad, fe, mansedumbre, humildad y dominio propio. La transformación es evidente y se refleja en su vida y actitud.

Cuando alguien ha transitado del campo desierto al campo fértil, puede reconocer fácilmente a quienes todavía están en la aridez espiritual. Las personas atrapadas en la sequedad suelen vivir criticando, juzgando y llenas de resentimiento. Pero al ser transformados por el Espíritu, sus vidas comienzan a reflejar amor y compasión.

Si deseamos experimentar cosechas abundantes en nuestra vida, debemos permitir que el Espíritu de Dios nos transforme. Estas cosechas representan salud física, finanzas estables y paz emocional. Esta es la promesa de Dios para nosotros.

Si hoy estás viviendo en un campo desierto, te invito a experimentar la sanidad interior y permitir que el Espíritu Santo transforme tu vida en un campo fértil.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos gracias por la oportunidad de aprender de tu Palabra. Gracias por mostrarnos la importancia de vivir en un campo fértil y mantenernos en él, sin regresar al campo desierto.

Señor, reconocemos que la única manera de experimentar una vida de cosecha abundante es sanando nuestro interior. Somos vasijas, y si nuestro corazón está lleno de resentimientos, rencores, amarguras, dolores, envidias y celos, no podemos contener tu Espíritu.

Te pedimos que nos ayudes a limpiar nuestra vasija, a expulsar todo aquello que nos aleja de ti y a prepararnos para recibir tu presencia. Que cada persona que participe en este devocional comprenda la importancia de ser un campo fértil, listo para recibir tu bendición.

Bendice a cada oyente, Señor. Los entregamos en tus manos y te damos gracias, en el nombre de Jesús de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!