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Una Señal Celestial

El Devocional: Un Nivel Mayor De Madurez

 

Juan 16:12 (NTV) Me queda aún mucho más que quisiera decirles, pero en este momento no pueden soportarlo.

 

Cuando Jesucristo les habla a sus discípulos, está en un momento muy preciso y específico de su vida. Está despidiéndose; cerca de la muerte, dándoles instrucciones finales. Les dice que les conviene que Él se vaya para poder enviar al Consolador, al Espíritu de Verdad.

 

En estas indicaciones finales, Jesús les da advertencias sobre lo que les tocará vivir: les dice que serán perseguidos, encarcelados y que intentarán matarlos. Les explica que les adelanta estas cosas, no para que se espanten, sino para que mantengan su fe. Él quiere que cuando enfrenten estos momentos, recuerden que ya se los había dicho y sigan creyendo.

 

Algo que me llama la atención de este diálogo con sus discípulos es esta frase: “Aún me queda mucho por decirles, pero no se los puedo decir ahora, porque no podrían soportarlo.” Con el tiempo, entendemos que, probablemente, se refería a hablarles sobre los últimos tiempos, a darles cosas específicas que más tarde revelaría al apóstol Juan, quien las escribió en el libro de Apocalipsis. 

 

Sin embargo, también podemos notar que hubo muchas otras cosas que Jesús no podía decirles debido al nivel de madurez que tenían. Aunque los había formado durante tres años, y habían experimentado crecimiento, no todos estaban en el mismo nivel. Tampoco habían alcanzado la plenitud de madurez necesaria para soportar ciertas enseñanzas que Él deseaba compartirles.

 

Esto me hace reflexionar y plantearme algunas preguntas: ¿Qué sería aquello que quiso decirles, pero que no pudo porque el nivel de madurez de ellos no era suficiente para soportarlo? Como líder, me doy cuenta de que nosotros, al igual que Jesús, solemos medir inconscientemente el nivel de madurez de las personas con las que interactuamos.

 

En mi experiencia, tengo diferentes grupos y niveles de personas con quienes comparto la Palabra. Por ejemplo, como pastor, un domingo puedo predicar un mensaje general de la Biblia, el Evangelio y la vida. Es un mensaje valioso, inspirado en Dios y preparado para toda la congregación. Luego, hay otros grupos de personas que ya tienen una mayor madurez; aquellos que participan en clases de formación en la iglesia, a quienes puedo hablar de temas más profundos. Finalmente, existe un grupo reducido de personas maduras con quienes puedo tratar temas aún más complejos.

 

Lo mismo ocurre cuando doy programas de radio o participo en charlas. He aprendido a medir qué puedo decir y qué debo callar. No es por egoísmo ni por falta de voluntad para compartir todo lo que sé, sino porque entiendo que no todos están listos para ciertas conversaciones o revelaciones. 

Así, cuando leo en Juan 16:12: “Me queda aún mucho más que quisiera decirles, pero en este momento no pueden soportarlo.” No podemos hablar con todos de la misma manera ni compartir todo lo que creemos con todos. Debemos aprender a callar y medir el nivel de madurez de las personas.

 

Entonces, me planteo algunas preguntas importantes: ¿Cuánto puedo compartir con personas que aún no están listas? ¿Hasta qué punto puedo hablar con aquellos que sí tienen la madurez y confiabilidad para entender? 

 

Por eso queridos, preocúpense por desarrollar su nivel de madurez, para llegar al siguiente nivel, esto los hará confiables y los llevará a lugares donde se necesitan guerreros, campeones y agentes de cambio.

 

Cuando una persona madura, se hace evidente ante grandes líderes. Ganas credibilidad, confianza, y las puertas comienzan a abrirse para ti. La gracia y el favor de Dios están contigo. Este enfoque en la madurez ha sido una fórmula en mi vida que me ha funcionado desde joven, y me ha abierto muchas puertas de conocimiento.

 

ORACIÓN

 

 

Padre Celestial, en el nombre de Jesús, te damos gracias por la oportunidad de aprender de ti. Tú eres el gran Maestro, y hoy nos enseñaste que existen niveles de madurez distintos. Comprendemos que a cada persona se le confía de acuerdo a ese nivel y que no todo se puede decir o dar porque no lo soportarían.

 

Hoy te pedimos que nos ayudes a alcanzar el siguiente nivel de madurez en nuestra vida, Señor. Queremos crecer y avanzar, porque entendemos que así es como obras en nosotros. Sabemos que no confiarás tus secretos a alguien que aún no muestra madurez. Pero si nos esforzamos por crecer, Señor, entonces tendremos acceso a tu conocimiento y revelación.

 

Que cada persona se esfuerce por desarrollar su crecimiento espiritual y madurez emocional. Te damos gracias y oramos en el nombre de Jesús. 

 

Amén y amén.

 

¡Bendiciones!

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