Proverbios 20:4 (NTV) Los que por pereza no aran en la temporada correspondiente, no tendrán alimento en la cosecha.

Hoy hablamos del pecado de la pereza. ¿Es la pereza un pecado? Aproximadamente en el siglo VI, se establecieron los siete pecados capitales, entre los cuales se incluyó la pereza. Sin embargo, bíblicamente hablando, existen muchos otros pecados y no deberíamos limitarnos a catalogar solo siete. Por ejemplo, los diez mandamientos señalan diversas ofensas, y quebrantar cualquiera de ellos es considerado pecado. 

Desde el principio, el plan y juicio de Dios incluía que el hombre debía ganarse el pan con el sudor de su frente. Esto es un mandato divino, y al desobedecerlo, nos convertimos en rebeldes, personas en contra de la voluntad de Dios y, por lo tanto, pecadores. La Biblia, en el libro de Proverbios, habla bastante sobre la pereza y nos ofrece un ejemplo contundente, describe a una persona que usa la excusa de un león en la calle para evitar salir a trabajar, temiendo que este lo devore. Sin embargo, la misma nos muestra que la falta de acción trae consecuencias, como un plato vacío.

Queridos, el trabajo es parte de la voluntad de Dios para nosotros; es el medio mediante el cual debemos proveer el pan de cada día. Además, la pereza suele abrir puertas a otros pecados. Una persona inactiva, permite que su mente se llene de otros deseos y pensamientos errados. En muchos casos, esta abre camino a la lujuria o conductas inmorales, porque regularmente no viene sola, sino acompañada de otros males.

Por eso es crucial que cada uno examine su vida. ¿Somos personas productivas? ¿Nos trazamos metas y objetivos claros? La pereza, más allá de ser un pecado, trae consigo consecuencias graves que pueden afectarnos en el futuro, cuando alcancemos una edad madura.

Aquellos que no trabajan en el tiempo adecuado carecerán de alimento en la cosecha. Es decir, existe un periodo en la vida, generalmente entre los 20 y 50 años, que es particularmente productivo. En esta etapa, debemos esforzarnos al máximo. Las personas que se han dedicado al trabajo y se han enfocado en su época productiva, generalmente alcanzan cierta estabilidad a los 50 años; sus hijos han crecido, sus gastos son menores, y muchas veces ya cuentan con una vivienda pagada y otros ingresos.

Sigamos la sabiduría de la Biblia y la voluntad de Dios. Si ahora te encuentras en una etapa productiva, pero has permitido que la pereza influya en tu vida, sacúdete de ella. La pereza, ante Dios, es tan destructiva como cualquier otro pecado, incluso aunque no parezca tan grave a simple vista. No permitas que se convierta en tu inquilina, pues puede destruir tu presente y comprometer tu futuro.

ORACIÓN

Padre celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te doy gracias por hablarnos siempre a través de tu Palabra y por exhortarnos a vivir conforme a Tu voluntad. Hoy, Señor, nos recuerdas que el perezoso no solo sufrirá en el presente, sino también en el futuro, enfrentando la escasez. Nos has enseñado que la pereza va en contra de tu voluntad y que el trabajo es una bendición y un mandato.

Te pedimos hoy que canceles toda señal de pereza en nuestras vidas. Reconocemos que no todos los días son iguales, que hay días en los que sentimos más energía para salir adelante y otros en los que resulta más difícil. Pero sabemos que Tu voluntad es que seamos productivos.

Te pido por cada persona que ha permitido que la pereza esté en su vida. Ayúdales a liberarse de este peso y a retomar el camino de la diligencia, sabiendo que el trabajo es un camino de bendición. Te entrego a cada uno de ellos en tus manos y los bendigo, en el nombre de Jesús de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!