Efesios 4:15 (NTV) En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia.

La Biblia establece una meta clara para cada uno de nosotros: parecernos cada vez más a Cristo. Esto implica crecer, madurar y permitir que Dios moldee nuestro carácter, nuestra manera de ser y nuestra forma de actuar. Al hacerlo, reflejaremos más su imagen a través de nuestras vidas.

Sabemos cómo fue Jesús, conocemos su conducta, su comportamiento y su carácter. Podemos resumir algunas de sus cualidades destacando que era compasivo, amoroso, misericordioso y disciplinado. Ante la oposición, Jesús confrontaba, pero no insistía en convencer a todos sobre su mensaje. Si alguien no entendía, simplemente continuaba con su propósito. Jesús era enfocado y no desperdiciaba su tiempo ni energía en quienes no le escucharían. Su capacidad de leer los corazones le permitía discernir si valía la pena continuar una conversación o si era mejor seguir adelante.

Estas características de Cristo están claramente descritas en la Biblia, y Dios espera que nos parezcamos cada vez más a Él. Esta es una meta muy clara y bien establecida.

¿Cómo alcanzamos esta meta? La honestidad es el camino para lograr este crecimiento. Hablar la verdad es un valor esencial que, lamentablemente, escasea en la sociedad actual. Sin embargo, en muchos países, especialmente donde vivimos ahora, sigue siendo valorada.

Hablar con verdad debe ser un ejercicio constante. Debemos ser honestos en privado, con nuestra familia, con nuestra pareja e hijos. Ocultar información o mentir impide nuestro crecimiento espiritual. Según la Biblia, solo hablaremos la verdad con amor podremos parecernos más a Cristo.

La honestidad debe estar presente en todas las áreas de nuestra vida: al realizar trámites gubernamentales, declarar impuestos, emprender negocios o establecer sociedades. No debemos ocultar información ni actuar de forma engañosa o fraudulenta. Hablar la verdad debe ser una de nuestras principales características.

Hoy en día, muchas personas tienen dificultades para decir la verdad. Esto genera desconfianza, y nos hace cuestionar si alguien nos está engañando o inventando algo. La única forma de crecer es viviendo en la verdad.

Reflexiona, ¿estás viviendo en verdad o en una farsa? ¿Tu matrimonio es auténtico o escondes mensajes inapropiados que podrían dañar tu relación? Si vivimos en mentira, no podremos crecer ni cumplir la meta de parecernos más a Cristo. Estaremos estancados.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te doy gracias por la oportunidad de reflexionar en este devocional basado en tu Palabra. La meta es clara: parecernos más a Ti y crecer en todas las áreas de nuestra vida. Ayúdanos a crecer como personas, como pareja, en nuestras emociones, nuestras finanzas, en la paternidad y maternidad, y en los dones y habilidades que nos has dado.

Señor, sabemos que hablar la verdad es el camino hacia ese crecimiento. Ayúdanos a ser honestos y a vivir una vida auténtica, sin engaños ni farsas. Te presento a cada persona que participa de este devocional y te pido que les des valentía para dejar atrás las mentiras y comenzar a vivir en la verdad. Sabemos que solo así alcanzaremos la meta que has establecido para nosotros.

Bendice a cada persona que escucha este mensaje. Los entrego en tus manos, confiando en tu guía y tu amor. Te damos gracias en el nombre de Jesús de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!