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Una Señal Celestial

El Devocional: Una Traición Muy Dolorosa

 

Marcos 14:11 (NTV) Ellos quedaron complacidos cuando oyeron la razón de su visita y le prometieron darle dinero. Entonces él comenzó a buscar una oportunidad para traicionar a Jesús.

Cuando llegó el momento en que Jesús debía partir, Judas tomó una decisión que marcó su carácter para siempre. Decidió conspirar, vender y preguntar cuánto dinero podría obtener a cambio de entregar a Jesús. Los soldados lo buscaban, pero no lograban encontrarlo. Judas aprovechó esa oportunidad y finalmente cometió la traición que todos conocemos.

 

Fue una traición profundamente dolorosa. Sin embargo, hoy nos escandalizamos por lo que hizo Judas. Lo señalamos, juzgamos, criticamos y condenamos sin darnos cuenta de que, muchas veces, actuamos de la misma manera. Traicionamos a Jesús de diferentes formas. Judas lo intercambió por dinero, porque el dinero era su fuente de placer. Era el tesorero del grupo, responsable de las ofrendas y del dinero. En una ocasión, cuando una mujer derramó un perfume costoso sobre Jesús, Judas comentó que ese perfume podría haberse vendido para ayudar a los pobres, aunque en realidad quería apoderarse de ese dinero. Su deseo de obtener más lo llevó a entregar al Maestro.

 

Hoy en día, muchas personas hacen lo mismo. Algunas entregan a Jesús por dinero, sacrificando su tiempo con Él por horas extras de trabajo o por ingresos ilícitos, sin importar si eso compromete sus valores y principios. Otros lo cambian por placeres momentáneos: adulterio, fornicación o infidelidad. La traición de Judas duele porque fue alguien cercano a Jesús, alguien que caminó con Él. No se llamaría traición si hubiese sido un soldado quien lo entregara, pero Judas era parte del círculo íntimo del Maestro.

 

De igual manera, hoy quienes han conocido a Jesús y han caminado con Él son los que, tristemente, a veces lo usan como moneda de cambio. Cambian su relación con Dios por dinero, placer o satisfacción personal. Adoptan una mentalidad similar a la de Judas: "Nadie se dará cuenta". Así piensan quienes son infieles o buscan placer en caminos equivocados, creyendo que sus acciones no tendrán consecuencias.

 

Cuando les conviene, hablan de Jesús y utilizan su influencia. Pero cuando surge la oportunidad de obtener placer o beneficio personal, están dispuestos a traicionarlo. Esto nos lleva a reflexionar: ¿No hemos sido demasiado duros al señalar a Judas? ¿No hacemos hoy lo mismo al traicionar a Jesús por intereses personales? ¿Qué sentirá el Señor cuando lo reemplazamos por placeres temporales?

 

ORACIÓN

 

 

Padre Celestial, en el nombre de Jesús de Nazaret, te damos gracias por hablarnos a través de tu palabra. Gracias por confrontarnos y ayudarnos a reflexionar sobre cuán fácil es usarte como moneda de cambio. Reconocemos que es tentador buscar placeres que traicionan nuestros principios y valores, olvidando tus enseñanzas y advertencias.

 

Perdónanos por los momentos en que hemos buscado placer en el dinero, en relaciones prohibidas o en decisiones que van en contra de tu voluntad. Examina nuestro corazón y muéstranos si estamos cometiendo el mismo error de traición que cometió Judas. No queremos repetir esa falta tan dolorosa.

 

Gracias por tu advertencia y por cuidar de nuestra vida espiritual. Ayúdanos a crecer y a mantenernos firmes en ti. Te lo pedimos en el nombre de Jesús de Nazaret.

 

Amén y amén.

 

¡Bendiciones!

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