Efesios 6:12 (NTV) Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.

Todos nosotros estamos inmersos en una batalla espiritual, que está rugiendo alrededor de nosotros, de hecho, estas batallas también suceden en nuestro interior, por esa razón, en este devocional te digo cómo vencer a esos tres enemigos principales que tú tienes. Puede que sean más, pero yo dejo a los tres principales, para que aprendas a distinguirlos.

¿Cuál es el primer enemigo al que nos enfrentamos y que debemos vencer? Es el enemigo interior, tiene que ver con nuestro corazón. Queridos, desde que sucedió la caída de Adán y Eva, la separación del ser humano y Dios, el corazón se llenó de tinieblas, le entraron todos los sentimientos negativos que hoy conocemos como por ejemplo el orgullo, un sentimiento que fue transferido por la serpiente.

Así que, que el primer enemigo que debemos vencer es el corazón, porque tiene muchos soldados, como el orgullo, la barcia, los celos, la envidia, el resentimiento, entre otros, todo ese universo de sentimiento negativos es comandado por el corazón, el cual muchas veces nos hace creer lo que él quiere y nos traiciona, pero nosotros podemos vencerlo si lo llenamos de la presencia de Dios a través del Espíritu Santo.

¿Cuál es el segundo enemigo? Es el enemigo exterior, es el que tiene que ver con el mundo, la sociedad y cultura actual, por esa razón el apóstol Pablo nos dice que no nos moldeemos, sino que renovemos nuestra mente por medio de la palabra de Dios.

Es decir, este enemigo exterior que es el mundo y sus costumbres nos van a tratar de influencia para aceptar lo que se promueve en la actualidad, como la separación, la identidad de género, entre otras. Para lograr vencer este enemigo no debemos moldearnos al mundo, ni mucho menos aceptando todas sus costumbres.

Y, por último, ¿cuál es el tercer enemigo? Este es el diablo, su única función es destruir nuestra vida y el plan que Dios tiene para todos nosotros y buscará hacer hasta lo imposible para destruirnos y la única manera que tenemos para vencerlo es a través de la palabra de Dios y resistiéndolo.

La Biblia dice que tenemos que resistir y así él terminará huyendo, la Biblia también nos enseña que Jesucristo lo venció por medio de la palabra de Dios, mientras más lleno estés, mientras más devocionales leas, mientras más versículos leas o escuches predicas, mientras más alimentes tu ser interior, más posibilidades de vitoria y de triunfo vas a tener. 

En conclusión, queridos, a estos tres enemigos los vamos a poder vencer cuando estamos alimentando nuestro ser interior de la presencia de Dios y eso solamente lo logramos cuando le damos la prioridad a la presencia del Señor en nuestras vidas.

ORACIÓN

Padre Celestial, gracias por darnos las herramientas para vencer a estos tres enemigos. Señor, cada uno de ellos tiene sus propias características o estrategias de guerra, pero Tú nos alertaste acerca de cada uno de ellos.

Señor, es tu palabra la que nos da poder, es la fe con la que vencemos a este mundo, tu presencia en nuestro interior es lo que nos da la victoria.

En el nombre de Jesús de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!