Hasta cuando, nosotros vamos a darnos cuenta que Dios está desesperadamente buscándonos, removiendo piedras, buscándonos debajo de las almohadas, debajo de la cama. En algún momento me acuerdo que tenía unos 6 o 7 años de edad cuando mi mamá quería mandarme a hacer los quehaceres en la casa, yo me metía debajo de la cama para esconderme.

Según yo, ella no me iba a encontrar, ahí el lugar donde podía estar más seguro, donde no podía ser encontrado para ser enviado por mi madre a lavar los trastes, a limpiar y cuando yo no quería que me mandaran a hacer nada, me metía debajo de la cama. Así exactamente, muchas personas hoy en día se ven tratando de esconderse de Dios, tratando de escapar de que él los tome y los envíe y les diga quiero cambiar tu comodidad, quiero enviarte a predicar el evangelio, quiero enviarte a anunciar las buenas noticias de salvación.

Si Dios tuviese que escoger, entre la salvación tuya, tu salvación eterna y entre la comodidad terrenal, ¿qué es lo que crees que Él va a escoger? Obviamente tu comodidad terrenal para Él no es importante. Claro que Él quiere que vivamos bien, pero más que la comodidad, Él espera que tú atiendas a su llamado, a la salvación, a la misión que tú tienes en esta tierra.

Entonces, aquí hago varias preguntas a ustedes, ¿que si Él en su voluntad te mueve de una ciudad para otra sin que tú lo esperes?, o te trasladas de un país a otro como lo hizo con Abraham, por ejemplo, y ¿que si te hace un llamado y te saca de la jubilación?, habrá alguna persona o de tu retiro, o alguna persona más de 60 años que nos esté leyendo ahora y que de pronto dijo no, pues yo ya me retiré.

Entonces, y qué si Dios dice aún a un ángel incomodar como a Gedeón y mándenlo a combatir contra el ejército de las tinieblas, y ahí, en ese Gedeón, en lo que estaba, en su comodidad, en su tranquilidad, donde nadie lo molestaba, fue enviado por el mismo ángel de Dios.

¡Y qué! si Dios en este momento te saca detrás del redil, ahí David estaba tranquilo, donde nadie lo molestaba, donde estaba cuidando ovejas. Pero entonces Dios lo toma de ese lugar, lo saca para convertirlo en rey. En el día de hoy lo más importante que quiero compartir contigo es, Dios trata de llamar tu atención, Dios trata de decirte te necesito, te necesito que te alistas en el ejército de los guerreros que voy a usar para ser enviados para la salvación de otras personas, Dios hace lo que sea para llamar nuestra atención. 

Y repito, hay muchos que se esconden debajo de la cama. Yo me recuerdo cuando mi mamá me iba a buscar para decirme que te toca lavar los trastes, te toca lavar el baño; cuando yo sabía eso ya tenía unos 6 7 años de edad, me metía debajo de la cama, me escondía y ahí me acuerdo que debajo de la cama veía sus pisadas de mi madre para que no me viera, ella sabía cuál era mi escondite, ella sabía de dónde me iba a sacar.

Así, hay muchas personas hoy en día que se están escondiendo debajo de la cama para que Dios no los encuentre, Él anda buscando a aquella persona que le ha dado talentos y habilidades, el Señor busca debajo de la cama a los niños que se esconden.

No seas un Jonás de esta época, que huyó al llamado de Dios y trató de seguir cómodo ¿cuántos de ustedes están cómodos? Bueno, ahí llega Dios te dice,  te necesito, necesito tus habilidades, de tu experiencia, tus capacidades, necesito tus talentos, los dones que yo te di, te necesito para ganar a tu familia, te necesito para ganar a los de tu casa.

ORACIÓN

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, en el día de hoy nosotros queremos invocar tu presencia, para que cada una de las personas que nos está leyendo, puedan recibir esa palabra en el corazón.

Señor, no solamente nos salvaste para darnos la vida eterna, sino que nos equiparse con habilidades especiales, con dones único, con talentos que hacen que fluya sobre nuestra vida y Dios amado muchas veces nosotros nos mantenemos allí, cómodos ahí en nuestra privacidad, allí donde no nos gusta que nos envíen a hacer las cosas, allí como niños metidos debajo de la cama para no ser enviados. Pero Señor, tú buscas y rebuscas por todos lados y no se encuentra y nos llamas y nos dices te necesito, te necesito para ganar a tu familia, te necesito para ganar a tu esposa, a tu esposo, a tus hijos, te necesito para hacer brillar la luz de tu casa.

Hoy mi padre, en el nombre de Jesús de Nazaret, queremos poner nuestra vida a tu disponibilidad. Si tienes que movernos, como lo hiciste con Abraham, si tienes que sacarnos de nuestra comodidad, de nuestro retiro, como lo hiciste con Moisés y tienes que movernos de ahí de lugar seguro donde estaba Gedeón, si tienes que movernos de ese lugar apacible donde estaba David y detrás Señor del redil de las ovejas. 

Señor, entrego en tus manos a cada persona que no está leyendo, en el nombre de Jesucristo de Nazaret oremos.

 Amén y amén