Mateo 14:24 - 26 'Mientras tanto, los discípulos se encontraron en problemas lejos de tierra firme, ya que se había levantado un fuerte viento y luchaban contra grandes olas. A eso de las tres de la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el agua. Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el agua, quedaron aterrados. Llenos de miedo, clamaron: «¡Es un fantasma!»'.

Amigos cuando nos encontramos en una situación difícil es habitual clamar al cielo, buscar el rostro de Dios y decirle ‘¡señor que está pasando, por favor respóndeme, ayúdame!’ lo natural en nosotros los de la fe. En esta ocasión los discípulos estaban lejos de tierra firme y empezó a levantarse una tempestad en contra de ellos, clamaron y seguramente esperaban la respuesta de Dios.

Dice en la Biblia, a eso de las tres de la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el agua, fue tanto el miedo que quedaron paralizados ante la solución a su problema, clamaron ¡es un fantasma! Era Jesús el que caminaba, pero ellos lo rechazaron. 

Las respuestas no siempre son como las esperamos y por eso tenemos que estar atentos, sabiendo que en medio de la dificultad Dios va a contestar de la forma más conveniente a su manera y no a la nuestra, Él señor puede librarnos de una enfermedad de un momento para otro, dar solución cuando le clamamos, tenemos que aprender a confiar profundamente en Él.

Muchas personas se han perdido las respuestas de Dios porque la esperan conforme a su propia experiencia o no las entienden y las rechazan, aprendamos a interpretar la vida y discernir lo que Dios nos manda.

ORACIÓN

Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, queremos darte las gracias por la oportunidad que nos das de acercarnos a ti; cada día son nuevas sus misericordias y el estar aquí un día más señor, nos hace ver que no nos sueltas de la mano. 

Mi Dios, hoy aprendimos que no siempre las respuestas van a ser como nosotros las esperamos, tenemos que aprender aceptarlas, porque es a tu manera y nos conviene.

Señor amado, Gracias por esta bendita palabra que nos hace pensar y reflexionar, cuántas respuestas nos has dado antes y pensábamos que no habías escuchado nuestras oraciones. Te pedimos Perdón por las veces que te rechazamos como los discípulos, ayúdanos y enséñanos a aceptar tu voluntad, hoy entendemos que son para nuestro beneficio.

Te damos gracias en el nombre de Jesucristo de Nazaret.

Amén y amén.

¡Bendiciones!