𝑫𝑬𝑽𝑶𝑪𝑰𝑶𝑵𝑨𝑳: EN LOS BRAZOS DE DIOS

Salmos 68:19 NTV

¡Alaben al Señor; alaben a Dios nuestro salvador! Pues cada día nos lleva en sus brazos.

Quiero regalarte este versículo, porque de verdad poderoso para cambiar y transformar una vida que se encuentra sin rumbo, sin sentido, una vida que se encuentra desanimada, agotada, que se encuentra de alguna forma, sin orientación. Cuando Dios te habla y tú entiendes que es Él el que te lleva en sus brazos, entonces esto cambia rotundamente tu percepción de la vida, tu caminar, tu andar e incluso tu actitud.

He descubierto, que una de las más grandes dificultades que nosotros enfrentamos, y que muchas veces no sabemos manejar, es la carga tan pesada que hacemos cuando tratamos de llevar nuestros errores y fracasos. Muchas veces las personas se levantan y se siguen acusando de errores que cometieron. -Si no hubiera hecho esto, si no hubiera tomado esta decisión, si no me hubiera divorciado, si no hubiera roto mi relación con mis hijos, si no hubiera dejado ese trabajo, esa compañía o esa empresa.

Aunque regularmente hemos cometido errores y hemos tenido fracasos, es muy difícil tratar con ellos. Entonces salimos a nuestra vida y caminamos con una actitud de derrota. Por eso hoy te pregunto: ¿Qué es lo que tú haces con tus fracasos?, ¿qué es lo que tú haces con eso que experimentaste? Eso donde tuviste una falla, un error, donde no salieron las cosas como planeabas.

Quiero decirte que eso no te deja despegar en tu día a día y dar el máximo de tu potencial, si no sabes lidiar con tus fracasos. Aun si has tropezado y has caído, tú no caminas solo, todos los días dice la Biblia que Él nos lleva en sus brazos. Salmos 68:19. ¡Alaben al Señor; alaben a Dios nuestro salvador! Pues cada día nos lleva en sus brazos. Y esto es cada día, no es algunas veces. Esto no es solo cuando te portas bien, esto no es cuando obras de manera correcta. Él dice que cada día nos lleva en sus brazos.

Y si Él nos lleva en sus brazos, dejemos nuestros fracasos en Él, dejemos nuestros errores en Él y perfilemos nuestro día para dar el máximo potencial de nosotros. Esto, es una de las claves por las cuales yo salgo y creo que es el mejor día de mi vida. El error que cometí ayer ya pasó, ya quedó atrás. Hoy Dios me carga en sus brazos nuevamente.

Por eso me atrevo a tocar puertas, me atrevo a afirmar contratos, por eso me atrevo a establecer alianzas. Porque sé que Él me respalda, porque sé que Él me ayuda, porque sé que Él abre puertas delante de mí. No permitas que tus errores y fracasos te detengan, te limiten y te estés cuestionando continuamente. Déjalos atrás, enfócate hacia adelante y recuerda que Dios te lleva cada día en sus brazos.

ORACIÓN

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret. Hoy te damos las gracias por tu presencia en nuestras vidas, y te damos las gracias por la palabra que hoy nos das para levantarnos e inspirarnos a dar lo mejor de nosotros, a usar nuestro máximo potencial, a caminar al cien de nuestro potencial y no al 80 o al 70. Desgastados por la lamentación del error que cometimos ayer, hace unas semanas, hace un mes o quizás algunos años.

Dios amado, sus fracasos te los entregamos en tus manos. Esos errores cometidos, le damos vuelta a la página y nos enfocamos en el mañana. Sabiendo, Señor, que cada día que empieza, nos tomas en tus brazos y nos llevas andando. Así Señor, hoy salimos a hacer nuestro día en los brazos de papá, en los brazos de Dios, sabiendo que eres tú el que nos guías, eres tú el que nos acompañas, eres tú el que nos abre puertas.

Y así mi Dios, bendigo y entrego en tus manos a cada persona que por medio de El Devocional están leyendo el mensaje, que sepa esa persona y sienta que está en los brazos de papá. Gracias mi padre. En el nombre de Jesucristo de Nazaret oramos.

Amén y amén.

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